El vocablo latino praelatura llegó al castellano como prelatura. Así se denomina al oficio y a la dignidad del prelado: un superior eclesiástico.
Características generales
Esta dignidad de la Iglesia católica la confiere el papa y suele ser honorífica, aunque también puede constar de una jurisdicción, ya sea personal o territorial, distinción que veremos más adelante. Como mencionamos en el párrafo anterior, el origen de este término se encuentra en la lengua latina, más precisamente en el participio del verbo præferre, que se puede traducir como “preferir”. Esto nos da la idea de que el prelado tiene una cierta ventaja con respecto a la parte restante del clero.
Al hablar de prelado no podemos dejar de hacer referencia a la imagen del obispo, quien tiene la diócesis como prelatura. Tanto los abades regulares como los superiores generales que podemos encontrar en las agrupaciones católicas al observar las clases de prelado que existen, derivan de este arquetipo y en algunos casos son honrados con ciertas insignias episcopales, como ser la mitra y el báculo en el caso de los abades mitrados.
Prelatura personal
La institución eclesiástica del catolicismo que erige la Sede Apostólica con el objetivo de realizar tareas misionales o pastorales que favorecen a diversas regiones y comunidades de la sociedad se conoce con el nombre de prelatura personal. De su administración se encarga un prelado, con quien colaboran algunos diáconos y presbíteros para llevar a cabo su trabajo.
Dicho prelado puede ser tanto un presbítero como un obispo, aunque debe existir una congruencia entre la misión pastoral que se le encarga y su carácter episcopal. Es importante señalar que existe la posibilidad de colaboración orgánica por parte de personas laicas en este tipo de prelatura.
En la actualidad existe una sola prelatura personal: el Opus Dei, cuyo nombre completo es prelatura personal de la Santa Cruz y Opus Dei. El papa Juan Pablo II fue el encargado de establecer esta prelatura personal en 1982, cuyos primeros prelados han sido distinguidos con la ordenación episcopal.
Prelatura honorífica
La prelatura honorífica se suele conceder a los sacerdotes que integran la curia romana, el grupo de órganos gubernamentales de la Iglesia y de la Santa Sede que se compone de diversas instituciones llamadas dicasterios y que dirige el propio papa para llevar a cabo tareas judiciales, ejecutivas y legislativas. Por otro lado, también se otorga a religiosos de otros países, quienes reciben el derecho de llevar ciertos atributos propios del episcopado como parte de su distinción dentro de la Iglesia. Estos pueden ser llamados monseñor, incluso sin haberse convertido en obispos.
Un ejemplo de prelatura honorífica la encontramos en los denominados prelados di Fiocchetto, cuatro integrantes de la Cámara Apostólica (el órgano que administraba las finanzas, la justicia y otros asuntos de los Estados Pontificios). Los mismos eran distinguidos con la posibilidad de ponerles un moño violeta a sus caballos. Los cuatro cargos, que al día de hoy ya no existen, eran los siguientes: el Tesorero General, el Auditor General, el Mayordomo de Su Santidad y el Vice-Camarlengo.
Prelatura territorial
En cuanto a la prelatura territorial, se trata de un sector de la Iglesia católica que atiende especialmente a un cierto lugar dadas sus necesidades. La mayoría de las prelaturas territoriales se encuentran en América Latina.
En Argentina, por ejemplo, se halla la prelatura territorial de Humahuaca, que fue encomendada a los claretianos y comprende departamentos de las provincias de Jujuy y Salta. La prelatura territorial de Moyobamba en Perú, la prelatura territorial del Santo Cristo de Esquípulas en Guatemala y la prelatura territorial de Cancún-Chetumal en México son otras organizaciones de este tipo.