
La educación sanitaria es importante en la prevención de enfermedades.
Prevención es la acción y el efecto de prevenir (preparar con antelación lo necesario para un fin, anticiparse a una dificultad, prever un daño, avisar a alguien de algo). El término procede del vocablo latino praeventio.
Por ejemplo: “La mejor forma de combatir el SIDA es la prevención”, “El Gobierno ha lanzado una campaña de prevención para evitar la propagación del dengue”, “Mi padre es muy precavido a la hora de salir de viaje: siempre dice que la prevención ayuda a evitar los accidentes”.


Prevención para reducir riesgos
La prevención, por la tanto, es la disposición que se hace de forma anticipada para minimizar un riesgo. El objetivo de prevenir es lograr que un perjuicio eventual no se concrete. Esto se puede apreciar en los dichos populares “más vale prevenir que curar” y “mejor prevenir que curar”.
Puesto en otras palabras, si una persona toma prevenciones para evitar enfermedades, minimizará las probabilidades de tener problemas de salud. Por lo tanto, es mejor invertir en prevención que en un tratamiento paliativo.
La vacunación es un método de prevención frecuente que contribuye al cuidado de la salud pública. El diagnóstico precoz, la preservación de la higiene, los planes de nutrición y el monitoreo de enfermedades también son prácticas o recursos que ayudan a prevenir.

Respetar las normativas de tráfico contribuye a la prevención de accidentes.
Cuidado y precaución
Es posible asociar la noción de prevención al cuidado o la precaución, más allá de lo que respecta a uno mismo. Se pueden tomar prevenciones en la vivienda (para evitar accidentes, rotura de la estructura, etc.), en el automóvil (controlar los neumáticos, el motor), en el trabajo (utilizar la vestimenta de seguridad adecuada) y en cualquier ámbito de la vida cotidiana.
Prevenir también puede ser la acción de advertir a alguien sobre algo o acerca del peligro que le supone la relación alguna persona en particular: “Quiero prevenirte sobre Juan: es un hombre muy conflictivo y sus negocios nunca llegan a buen puerto”, “Erica quiso prevenirme sobre la situación, pero yo no la escuché”.

La prevención del delito incluye la iluminación de calles y la instalación de cámaras de seguridad.
Campañas de prevención
Las campañas de prevención sirven para transmitir al pueblo la preocupación que un grupo de personas con ciertos conocimientos específicos siente acerca de una problemática tal como una epidemia. Si bien la gente suele asociar los movimientos de este tipo con enfermedades, principalmente con el SIDA, también se llevan a cabo para generar conciencia acerca de otros temas, como por ejemplo los riesgos laborales.
La base de una campaña de prevención es conseguir que toda la población comprenda el mensaje y cambie los hábitos necesarios para mejorar su calidad de vida y la de aquellos que lo rodean. Por esa razón, es primordial utilizar un lenguaje accesible a todos, evitando los tecnicismos siempre que sea posible e intentando hacer hincapié en las consecuencias de no adoptar las propuestas. Si los mensajes de las campañas de concienciación no son asimilados por la gente, estas iniciativas no sirven.
Esto parece lógico, dado que un grupo de científicos que desarrolla un plan de lucha contra un virus determinado no puede pretender que una ciudad entera entienda su estrategia desde un punto de vista médico; sin embargo, alejarse de la esencia de los conceptos, de las verdaderas razones que impulsan una campaña de prevención, no siempre genera resultados del todo positivos. Muchas veces, al intentar volver el mensaje lo más claro posible, se lo distorsiona y se generan malos entendidos de variada gravedad.
La lucha contra el cólera y el caso del cine
Durante los años 90, por ejemplo, se llevaron a cabo diversas campañas de prevención contra el cólera, y fueron muchos los casos de personas que bebían agua con lejía (lavandina) por haber comprendido mal las indicaciones de los medios de comunicación.
En muchas ocasiones el cine y la televisión han representado, a veces con ciertos toques humorísticos, escenas en las que se advierte a una masa de gente acerca de un incendio o una explosión inminente y se les ruega que mantengan la calma, a lo cual responden produciendo una auténtica estampida humana. Esto no significa que la mayoría de las personas sea incapaz de reaccionar ante un problema de tal calibre; simplemente, no cuentan con la preparación y la experiencia necesarias.
Tipos de prevención
Si nos centramos en el ámbito de la salud, es habitual que se reconozcan cuatro tipos de prevención:
- Prevención primaria: Impide la aparición de la enfermedad actuando sobre los factores causales, condicionantes o predisponentes. Por ejemplo: utilizar condón en las relaciones sexuales para prevenir el SIDA.
- Prevención secundaria: Apunta a la detección temprana de la enfermedad para tratarla antes de que produzca síntomas o se agrave. Ese es el caso de la realización de mamografías para advertir el posible desarrollo de cáncer de mama.
- Prevención terciaria: Con una enfermedad (habitualmente crónica) en curso, se intentan evitar daños de mayor gravedad o complicaciones. Una medida de este tipo es el suministro de enalapril, atenolol u otros fármacos para mantener bajo control la tensión arterial en pacientes hipertensos.
- Prevención cuaternaria: Consiste en eludir las intervenciones sanitarias que no son necesarias para, de este modo, no afectar el bienestar del paciente por un sobrediagnóstico ni a través de un sobretratamiento. Un ejemplo es no emplear antibióticos de manera indiscriminada.