Aquello que se realiza a priori es previo a algo.
A priori se emplea en nuestra lengua para referirse a aquello que resulta previo o anterior a algo. Por lo general, la expresión se emplea para nombrar a los conocimientos que se desarrollan antes de obtener una confirmación empírica.
Es frecuente que se realice una distinción entre los conocimientos a priori y los conocimientos a posteriori. El conocimiento a priori se vincula a lo universal, mientras que el conocimiento a posteriori está relacionado con algo particular, que depende de una comprobación empírica.
TemasJuicio a priori
Para la filosofía, un juicio a priori es aquel cuyo resultado se puede mantener más allá de lo empírico, ya que su validez no procede de la experiencia.
Un juicio a priori, en el lenguaje cotidiano, se desarrolla antes de que se analice el tema en cuestión. Podría decirse que un razonamiento a priori se realiza a nivel general, sin entrar en detalle y sin pretender que resulte exhaustivo ni concluyente.
Un investigador puede acercarse a la escena de un crimen, echar un vistazo a su alrededor y comentar que, a priori, parecería que la víctima fue asesinada de un golpe en la cabeza, realizado con un palo de madera que se halló en el lugar. Estas primeras afirmaciones tendrán que confirmarse luego de manera empírica, con pruebas científicas que resulten irrefutables.
Un juez, encargado de administrar justicia, no puede basar sus fallos en conocimientos a priori. Su función es analizar lo investigado, cotejar las pruebas y luego encargarse de juzgar los hechos a posteriori, tras examinar de manera objetiva todo lo sucedido.
Los conocimientos a priori se vinculan a la universal.
Juicios sintéticos
El juicio sintético, en el ámbito de la filosofía, es aquel en el cual no se incluye el predicado en la noción de sujeto, o sea que no es capaz de agregar nada al contenido del sujeto desde un punto de vista semántico. Se trata de un tipo de juicio informativo y extensivo; en otras palabras, hace posible ampliar el conocimiento que los seres humanos tenemos del mundo.
Un juicio sintético a priori es el que posee una verdad que se puede mantener más allá de la experiencia personal, lo cual nos lleva a concluir que no se desprende de ella, sino que tiene carácter universal y necesario. Algunos ejemplos claros se encuentran en las siguientes afirmaciones: «Todo cuadrado está formado por cuatro lados», «No es posible regresar de la muerte», «Los seres humanos no podemos volar como las aves».
Juicio analítico a priori
Por otro lado se encuentra el juicio analítico, el cual sí permite hallar el concepto de predicado en el sujeto. De acuerdo con el filósofo y sociólogo escocés David Hume, que vivió en el siglo XVIII y realizó invaluables aportes a la Ilustración escocesa y la filosofía de occidente, se debe distinguir entre el juicio analítico a priori y el sintético a posteriori en cuanto a que el primero relaciona ideas mientras que el último se apoya en la experiencia para llegar a una verdad de hecho.
En los siguientes ejemplos es posible apreciar la diferencia entre un juicio analítico a priori y uno sintético a posteriori, según la apreciación de Hume:
- «El planeta Tierra es mayor que cada uno de sus continentes» es analítico a priori ya que no se apoya en la experiencia, pero constituye una verdad necesaria y universal;
- «El 90% de los habitantes de esta ciudad tiene cabello rubio», en cambio, es sintético a posteriori, dado que parte de la impresión y la experiencia. Además, no tiene por qué ser estrictamente universal o necesario.
A diferencia de Hume, Kant sí contemplaba la posibilidad de emitir juicio sintéticos a priori, y para ello se apoyaba en el siguiente enunciado: «Si tomamos dos puntos, la distancia más corta entre ellos es una recta». Mientras Hume lo habría catalogado de juicio analítico a priori, Kant se oponía asegurando que el predicado no se contenía en el sujeto (por lo cual es sintético) y que no es necesario medir las distancias para saber que se trata de una verdad (no a posteriori).
