Un prismático es aquello vinculado al prisma. Este término (prisma), en tanto, refiere a un cuerpo que se constituye con dos polígonos planos a modo de bases y con un número variable de paralelogramos como lados.
En el ámbito de la óptica, un prisma es un elemento de cristal con forma triangular que se emplea para generar la descomposición, la refracción y la reflexión de la luz. Esta definición nos permite adentrarnos en la idea de prismáticos.
Los prismáticos son anteojos que, en su interior, disponen de tubos con prismas que permiten la ampliación de las imágenes. Estos anteojos prismáticos, también conocidos como gemelos prismáticos, se utilizan para observar objetos que se encuentran a gran distancia.
Los prismáticos cuentan con dos tubos. En cada uno de los tubos hay un prisma y varios lentes que permiten agrandar la imagen para cada ojo. Así, los prismáticos generan la estereoscopía (la sensación de profundidad o relieve).
Debido a que permiten mirar con ambos ojos de forma simultánea, los prismáticos son binoculares. El usuario puede enfocar la imagen de manera sencilla gracias a una pequeña rueda.
Los prismáticos se clasifican de acuerdo al diámetro de su objetivo y al nivel de ampliación de la imagen. Los prismáticos de 10X60, por citar un caso, posibilitan ampliar la imagen diez veces (10X) y disponen de un objetivo de 60 milímetros de diámetro. Si la ampliación es de 12X o más, los prismáticos deben tener un trípode u otro soporte, ya que los movimientos naturales de las manos hacen que la imagen tiemble.
Uno de los mitos que se esparcen de manera incorrecta entre quienes desean iniciarse en el mundo del avistamiento a través de prismáticos es que un mayor número de aumentos repercute en una mejor experiencia; pero esto simplemente no es cierto. La clave para escoger unos buenos prismáticos está en dar con aquellos que nos permitan satisfacer nuestras necesidades puntuales, y para ello debemos hacernos una pregunta fundamental: ¿qué deseamos observar? Entre las respuestas más comunes se encuentran «aves», «las estrellas» y «paisajes».
Los prismáticos de largo alcance tienen una serie de desventajas que debemos tener en cuenta antes de comprarlos. A pesar de ofrecer un gran número de aumentos (12 o más), pueden generar los siguientes problemas:
* vibrar demasiado: como se menciona más arriba, a partir de los 12 aumentos es necesario usar un trípode para estabilizar la imagen, porque el pulso de nuestras manos puede generar imágenes que se mueven sin control. Este fenómeno es directamente proporcional a la cantidad de aumentos, es decir que se vuelve peor cuantos más sean;
* menor campo de visión: esto se traduce en que las imágenes no sean panorámicas y, por lo tanto, sea más difícil localizar los objetos que deseamos observar, ya sean estrellas en una noche despejada o aves en pleno vuelo;
* mayor oscuridad: dado que el tamaño de la pupila de salida es menor, las imágenes se ven más oscuras;
A continuación veremos algunos ejemplos de los usos más comunes de los prismáticos según su cantidad de aumentos:
* con zoom: esta es la opción básica, que nos permite realizar un ajuste de los aumentos sin sobrepasar un rango relativamente moderado. La calidad de la imagen es muy inferior a la que ofrecen los prismáticos con un número fijo de aumentos;
* con 7x o menos: campos de visión amplios pero imágenes más lejanas, perfectos para observar animales en movimiento y para una orientación al observar el cielo;
* de 8x a 10x: la cantidad de aumentos ideal para el avistamiento de aves y la observación de la naturaleza en general, aunque también se usan en astronomía. Las imágenes tienen un buen nivel de luminosidad;
* con 12x: observación de animales a larga distancia y desde un punto fijo, ya que requieren el uso de un trípode;
* con 15x o más: para observar las estrellas y los demás planetas. También es necesario el trípode.