Las empresas estudian el impacto potencial de ciertas tecnologías en sus actividades.
El concepto de prospectiva se emplea para aludir a los estudios y las investigaciones que se llevan a cabo con el objetivo de pronosticar el futuro en un cierto ámbito o asunto. El término procede del vocablo del latín tardío prospectīvus, a su vez derivado de prospicĕre (que puede traducirse como “prever”).
TemasAnticipar el progreso
La prospectiva tecnológica, por lo tanto, es el análisis de las perspectivas existentes en el terreno de la tecnología. Se trata de un proceso que apunta a anticipar el progreso técnico y científico partiendo del examen del estado actual.
Gracias a la prospectiva tecnológica es posible la identificación de áreas estratégicas que pueden ser relevantes para el desarrollo. De esta forma se obtiene información valiosa que ayuda a la hora de tomar decisiones sobre inversiones, por ejemplo.
Por lo general la prospectiva tecnológica contempla diferentes futuros “posibles”. El trabajo de los especialistas consiste en anticipar qué podría ocurrir en determinados contextos, permitiendo potenciar el aprovechamiento de los efectos esperados.
Con la prospectiva tecnológica, en definitiva, se busca ayudar a tomar buenas decisiones y a diseñar estrategias para promover el progreso, generando beneficios económicos y sociales para una comunidad. Es posible obtener estas tecnologías de varias formas, y por lo general se dedica una parte de los recursos a su desarrollo interno, para llegar a conocerlas en detalle antes de tomar la importante decisión de incorporarlas a sus actividades esenciales. Otras empresas confían en la investigación de terceros, como ser las universidades.
Clases de tecnologías
Es importante considerar que puede distinguirse entre diversas clases de tecnologías. Para ello, es necesario apoyarse en su grado potencial de incidencia en la competitividad de la compañía que pretende obtenerla. De acuerdo con la clasificación elaborada por la consultora Arthur D. Little, a grandes rasgos podemos hablar de tecnologías claves, de base, incipientes y emergentes. A continuación veremos cada una de ellas en detalle.
Comenzamos por las tecnologías claves, las cuales ofrecen el impacto mayor en cuanto a la productividad y la rentabilidad, aunque el acceso a ellas resulta limitado. Les permiten a las empresas que consiguen dominarlas distinguirse de sus competidores ofreciendo una calidad superior y mejores prestaciones a un menor precio. Las tecnologías de base, por otro lado, son aquellas cuya disposición es amplia para la mayoría de las compañías de un mismo sector.
La prospectiva tecnológica contempla el dinamismo en la clasificación de las tecnologías.
Dicho de otra manera, todas las compañías de un sector dado las conocen muy bien porque son indispensables para su funcionamiento, para la fabricación de sus productos. Por consiguiente, no se trata de tecnologías que brinden una ventaja en el terreno competitivo, como sí ocurre con las anteriores; sin embargo, se estima que tarde o temprano todas las tecnologías claves se convierten en éstas. En tercer lugar tenemos las tecnologías incipientes, que se distinguen por estar dando sus primeros pasos en el desarrollo pero, a pesar de ello, dan pruebas de tener un gran potencial.
Todo esto se mide en base de la ya mencionada competitividad de la empresa, de manera que el interés en una u otra siempre apunta a mejorar este aspecto tanto como sea posible. De modo similar a la transformación que mencionamos más arriba, no es raro que ciertas tecnologías incipientes se conviertan en claves con el paso del tiempo, siempre que mantengan su supuesto potencial. Por último tenemos las tecnologías emergentes, las cuales tienen un cierto parecido con las anteriores, aunque su impacto potencial aún se desconoce. Es decir, también se encuentran en una fase inicial de su desarrollo y dan algún indicio de los beneficios que podrían brindarle a la empresa, pero todavía es demasiado pronto para considerarlas incipientes.
