Para comprender qué es la protección social, resulta útil analizar los dos términos que componen la expresión. Se llama protección al acto y el resultado de proteger: cuidar, amparar, salvaguardar. Social, en tanto, es aquello vinculado a la sociedad (una comunidad de individuos que viven en un mismo territorio, bajo normas en común).
Amparar a las personas
La idea de protección social, en este marco, alude a acciones que permiten brindar amparo a las personas. Por lo general el concepto se vincula a las políticas públicas orientadas a resguardar a los grupos vulnerables.
La protección social apunta a minimizar los riesgos vinculados a la pobreza y a otras cuestiones que generan vulnerabilidad. La finalidad es que, con ayuda, los sujetos puedan satisfacer sus necesidades elementales y resolver determinadas problemáticas.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la protección social puede desarrollarse a través de programas de protección laboral, seguridad social y asistencia social. Las medidas incluyen la entrega de subsidios y aportes económicos y el desarrollo de sistemas de afiliación que brindan cobertura de contingencias.
Una política de protección social puede incluir el pago de una determinada cantidad de dinero a las familias pobres que tienen tres hijos o más. Esta suma se entrega sin ningún tipo de contraprestación: es decir, el beneficiario no tiene que cumplir con una obligación laboral para acceder a los recursos, sino que puede disponer de ellos simplemente por su condición. El Estado, con esta protección social, busca que estos grupos familiares cuenten con el dinero indispensable para alimentar a los niños, por ejemplo.
La inevitable desigualdad
No importa en qué parte del mundo nos centremos, ni qué época de nuestra milenaria historia estudiemos, la desigualdad parece ser parte de la naturaleza, de la vida en este planeta. Todos los seres vivos atraviesan situaciones que desde nuestro punto de vista se calificarían como «injustas», aunque la diferencia entre los animales y los seres humanos es que nosotros no estamos dispuestos a aceptar las desgracias que nos depara el destino, sino que tendemos a desafiarlo, a intentar torcerlo en nuestro favor.
Las infecciones, las quebraduras de huesos, las caídas fatales y otros sucesos terribles más propios del azar que de la cadena alimentaria se cobran las vidas de miles de animales todos los días, pero tanto las víctimas como sus compañeros suelen dejar que la naturaleza siga su curso. Las personas, en cambio, hemos desarrollado un sinfín de medios a los cuales recurrir cada vez que tenemos problemas de salud, seguridad y dinero, entre otros. Precisamente, la protección social existe como parte de esta forma de vivir que nos caracteriza, pero también porque no podemos erradicar la desigualdad.
Asistencia social
La asistencia social (que también se conoce por el nombre de trabajo social) es una ciencia y profesión que persigue el desarrollo y el cambio social, para fortalecer a los individuos, ofrecerles una vida libre e igualitaria. Por mencionar tan sólo algunos de sus pilares, tenemos la valoración de la diversidad, la responsabilidad colectiva, el respeto de los derechos humanos y la justicia.
El trabajo de los asistentes sociales forma parte de la protección social por medio de estrategias para potenciar el bienestar de la gente y ayudarla a superar sus problemas. Como sucede con otros campos, éste debe tener en cuenta la evolución de las estructuras y las necesidades, para poder adaptarse a ellos como corresponda y de este modo brindar la ayuda más adecuada. Puede que los sectores privilegiados de la sociedad nunca requieran el apoyo de estos profesionales, pero resulta fundamental para los más vulnerables.