Existen diferentes clases de puntos, ya que el término se emplea para denominar conceptos de varios campos. En esta oportunidad nos interesa centrarnos en el punto como signo que permite marcar el final de un enunciado.
Dentro de este contexto, también es posible distinguir entre más de un tipo de punto. El punto y seguido aparece cuando se pretende separar enunciados que están incluidos dentro de un mismo párrafo. El punto y aparte, en cambio, establece el fin del párrafo.
Función del punto y aparte
Lo que hace el punto y aparte, por lo tanto, es separar párrafos. Tras uno de estos signos de puntuación, se debe cambiar de línea (a diferencia del punto y seguido) y comenzar un párrafo nuevo, escribiendo con mayúscula inicial la primera palabra de la oración que abrirá el párrafo.
El punto y aparte permite desarrollar ideas distintas dentro de una misma lógica o de una misma estructura. No implica un cambio radical de tema, pero sí marca una diferencia respecto al razonamiento que se venía siguiendo.
Un ejemplo
En el siguiente ejemplo podemos ver cómo funciona el punto y aparte:
“La primera parte del partido fue muy pareja. España logró generar peligro a través de la movilidad de sus delanteros, pero Italia emparejó las acciones con tiros desde fuera del área.
En el segundo tiempo, el juego dio un vuelco y el conjunto español logró imponer su dominio. Así pudo marcar a los tres, los veinte y los cuarenta minutos, para cerrar el encuentro con un marcador de tres a cero”.
Como se puede apreciar, en el ejemplo hay un punto y aparte luego de la palabra “área”, que establece el final del primer párrafo. Ambos párrafos se refieren al mismo partido de fútbol, pero el punto y aparte permite separar la descripción de cada uno de los tiempos.
Elección del punto y aparte u otro signo de puntuación
Es importante señalar que no siempre existe un solo signo de puntuación adecuado; según el caso, el autor puede decantarse por un punto y aparte o uno seguido, por ejemplo, para generar una pequeña pausa antes de continuar desarrollando el tema o para evitar dicho corte y mantener la tensión que venía creando desde el comienzo del párrafo. Dejando de lado las situaciones en las cuales se violan las reglas de la lengua y se genera un malentendido, se trata de una decisión subjetiva de cada persona.
Del mismo modo, cuando la idea central requiere de varias páginas para su tratamiento, no se aconseja usar un sólo párrafo, ya que vuelve la lectura muy difícil y tediosa; por el contrario, la separación en párrafos a través del punto y aparte es ideal para tratar en cada uno un aspecto diferente del tema, o bien para cubrir diversos puntos de vista, por ejemplo.
El caso del correo electrónico y del habla
Como es sabido, la gramática utilizada a la hora de redactar un mensaje de correo electrónico o de cualquier servicio de mensajería instantánea no se parece mucho a la tradicional. Con respecto al punto y aparte específicamente, la tendencia actual es usarlo para evitar la formación de párrafos largos, independientemente de la estructuración de los temas (dado que nos encontramos en una era caracterizada por la falta de paciencia y dedicación, un texto extenso resulta poco atractivo).
En el habla cotidiana es posible decir «punto y aparte» para dejar de hablar de un tema y pasar al siguiente, ya sea porque nos molesta o porque no tenemos más tiempo para continuar en la misma conversación. Veamos algunos ejemplos de esta expresión: «No podemos seguir con esto, punto y aparte», «Debes mirar hacia adelante; te ha dejado, punto y aparte», «Si no hacemos un punto y aparte la situación se volverá insostenible».