El término rajatabla se emplea para la construcción de la locución adverbial a rajatabla, también aceptada como a raja tabla. La expresión refiere a aquello que se cumple o se respeta de forma exacta o estricta.
Sin excepción
Por ejemplo: “En esta empresa cumplimos los horarios a rajatabla”, “El médico me dijo que tengo que seguir la dieta a rajatabla o de lo contrario podría tener problemas serios”, “Suelo ir al gimnasio con bastante frecuencia, aunque no es algo que haga todos los días a rajatabla”.
En la primera oración, el emisor expresa que en la empresa donde trabaja no es posible incumplir los horarios; si alguno de los empleados intentara hacerlo, probablemente sería despedido de manera inmediata. La segunda pone como consecuencia al incumplimiento el riesgo de enfermar, de manera que seguir la recomendación del médico parece la única opción razonable. Finalmente el emisor admite no ir todos los días (sin excepción) al gimnasio.
Lo que se realiza a rajatabla, por lo tanto, se lleva a cabo con rigurosidad y precisión. Supongamos que el dueño de una empresa le entrega una pila de documentos a un empleado y le pide que aplique el sello de la empresa al final de cada hoja. Según las indicaciones del empresario, la tarea debe cumplirse a rajatabla: el trabajador no puede saltearse ninguna hoja ni tiene que sellar más de una vez la misma página.
Tomemos el caso de un médico que atiende de lunes a viernes de 9 a 18 horas. Este profesional respeta los días y los horarios a rajatabla, sin realizar excepciones. Por lo tanto, si alguien acude a su consultorio a las 18.15, o un sábado, no es atendido.
Origen del término
En el diccionario de la Real Academia Española podemos apreciar que, tal y como parece a simple vista, este término se compone de la unión entre otros dos: «raja» y «tabla«. De hecho, esto se confirma con el hecho de que la expresión también pueda usarse con estos dos de manera independiente («hacer algo a raja tabla»), que refleja el modo en el que se usaba en sus orígenes.
La idea fundamental detrás de esta expresión se encuentra en las características de la madera, más precisamente de la que se corta en forma de tabla, donde se pueden notar diferentes rajas, cuyo nombre más adecuado es vetas. Todas ellas se extienden en la misma dirección de la principal, y esta imagen da la sensación de «avanzar sin excepción, sin descanso ni error por un camino trazado con antelación».
Más allá de la analogía entre el cumplimiento y el avance de las vetas por las láminas de madera se encuentra la antigua costumbre de escribir las normas y leyes de los pueblos sobre tablas de madera, que luego se exhibían en la vía pública para que los habitantes las leyeran y cumplieran al pie de la letra, de manera obligatoria y escrupulosa.
Tampoco podemos dejar de mencionar la historia de los Diez Mandamientos del cristianismo, los cuales fueron grabados por obra de Dios en una serie de tablas que Moisés leyó frente al pueblo. Independientemente del origen exacto de esta palabra, sabemos que recién fue incorporada en el Diccionario de la RAE en el año 1992.
A pesar de las dificultades
Lo que se desarrolla pese a las dificultades y los problemas también puede mencionarse como algo desarrollado a rajatabla. Con esta acepción, de todos modos, la locución adverbial es poco usada: “Pese a las heridas y el cansancio, el joven siguió avanzando a rajatabla”, “El presidente está dispuesto a llevar adelante su plan de gobierno a rajatabla, sin importar las consecuencias ni las críticas”.