Razonamiento es el proceso y el resultado de razonar. Este verbo, por su parte, consiste en organizar y estructurar las ideas para arribar a una conclusión. Por ejemplo: «Creo que tu razonamiento es incorrecto: Mariano no tendría que haber hecho eso bajo ninguna circunstancia», «No entiendo cuál es tu razonamiento», «Mi hijo, en muchas ocasiones, me sorprende con sus razonamientos».
Un razonamiento, por lo tanto, implica una cierta actividad mental que deriva en el desarrollo de conceptos. Estos conceptos pueden emplearse con fines persuasivos o para llevar a cabo una cierta demostración.
Qué es un razonamiento
El razonamiento, en definitiva, posibilita la resolución de problemas y el aprendizaje a través de la lógica, la reflexión y otras herramientas. De acuerdo a la actividad mental en cuestión, es posible diferenciar entre más de una clase de razonamiento.
Podemos ver cómo funciona un razonamiento en numerosos ejemplos. Supongamos que un hombre que está sentado en la playa analiza la posibilidad de nadar un rato en el mar. Mientras se encuentra sobre la arena, observa cómo un guardavidas (socorrista) rescata a un bañista que estaba siendo arrastrado por la corriente. Cinco minutos después, se repite una escena similar. Desde la orilla, el hombre finalmente decide no ingresar al océano: su razonamiento indica que es un día peligroso para nadar.
Un juicio como punto de partida
El razonamiento lógico consiste en partir de un determinado juicio para determinar si otro es válido, posible o falso. Dado que es la lógica la encargada de estudiar los argumentos, también participa de manera indirecta a la hora de estudiar el razonamiento.
Lo normal es que los juicios en los cuales se apoya un razonamiento sirvan para expresar conocimientos previos o, al menos, que hayan sido expuestos como hipótesis. Dentro de este grupo, se puede hablar de varios tipos de razonamiento.
El razonamiento inductivo
El razonamiento inductivo, que también es conocido con el nombre de lógica inductiva, tiene el propósito de estudiar las pruebas que hacen posible la medición de probabilidad de las reglas para generar argumentos inductivos sólidos, así como la medición de los argumentos mismos.
Se distingue del razonamiento deductivo, descrito más abajo, en cuanto a que no ofrece herramientas para decidir si un argumento es válido o no. Por lo tanto, se utiliza el concepto de fuerza inductiva, que sirve para describir cuán probable es que una conclusión sea verdadera si sus premisas lo son.
La deducción
Dentro del ámbito de la lógica, el razonamiento deductivo representa un argumento en el cual se debe inferir la conclusión de las premisas.
Formalmente, es posible definir las deducciones como secuencias finitas de fórmulas, en las que la conclusión (de la deducción) es la última de ellas, y todas son premisas, axiomas o surgen de inferir directamente de algunas de las previas a través de ciertas reglas, denominadas de transformación o de inferencia, las cuales son funciones que analizan la sintaxis de las premisas y arrojan una conclusión;
Razonamiento abductivo y razonamiento argumentativo
El razonamiento abductivo es una clase de razonamiento que comienza cuando se describe un fenómeno o un suceso y permite alcanzar una hipótesis que ofrezca una explicación a sus posibles motivos o razones a través de las premisas que se obtienen.
Según el lógico, científico y filósofo inglés Charles Sanders Peirce, a quien consideran el fundador y el padre del pragmatismo y de la semiótica moderna, debemos referirnos a los razonamientos abductivos utilizando el término conjeturas. Las conjeturas intentan ser la explicación más probable o acertada a simple vista.
El razonamiento argumentativo, por último, está asociado a los argumentos vinculados con la producción del lenguaje. Un argumento, en este sentido, expresa en palabras el resultado de un razonamiento.