Los recursos literarios son herramientas que utilizan los autores de literatura para generar ciertos efectos de estilo en sus textos. Puede decirse que se trata usos especiales o poco habituales del lenguaje, diferentes de los usos cotidianos.
Es posible nombrar los recursos literarios como figuras literarias o figuras retóricas. Son formas no frecuentes de emplear las palabras: a partir de ciertas características semánticas, gramaticales o de otro tipo, los términos se distancian de su uso más corriente.
La función de los recursos literarios
El objetivo de llevar a cabo el uso de los recursos literarios y de, por tanto, alterar claramente y con absoluta intención las palabras, los tiempos verbales o incluso el significado de aquellas no es otro que conseguir «llamar la atención del lector» y que el texto que tiene delante le sea mucho más expresivo.
Los recursos literarios pueden ser figuras de omisión, de amplificación, de repetición o de otra clase. Estas clasificaciones se vinculan al mecanismo empleado por el recurso para causar su efecto.
Aliteraciones y anáforas
Un ejemplo de recurso literario es la aliteración, que consiste en repetir sonidos similares al comienzo de las palabras: «Ana analizaba la traba tras romper la roca que la ocultaba».
El recurso literario conocido como anáfora, por su parte, implica la repetición de uno o más términos al comienzo de cada enunciado: «Me gustan los días soleados / Me gustan las tartas de ricota / Me gustan los otoños coloridos / Me gustan tus botas».
Otros recursos literarios
Además de todos los recursos expuestos, no podemos olvidarnos de otros igualmente importantes, tales como estos:
–Paralelismo, que consiste en llevar a cabo la repetición de estructuras sintácticas similares en distintas frases o versos.
-Elipsis, que se caracteriza porque se trata de eliminar, concretamente de omitir, ciertas palabras con el claro fin de poder darle mayor rapidez al texto.
-Hipérbaton. Este otro recursos literario consiste en proceder a alterar el orden habitual y lógico de las palabras que dan forma a una frase para así hacer que una parte de la misma adquiera mayor relevancia.
-Antítesis. Bajo este nombre se encuentra otro recurso que se lleva a cabo por un autor cuando hace que coexistan dos palabras que son totalmente opuestas entre sí o bien enunciados que resultan contrarios.
-Hipérbole. Uno de los recursos literarios más empleados por los escritores es este, que consiste en exagerar de manera palpable y desmesurada lo que es la realidad con el claro fin de poder darle «protagonismo» a un hecho, objeto o persona concreta.
–Paradoja. Este consiste, por otro lado, en proceder a realizar una afirmación que, en un primer momento, puede resultar totalmente ridícula y absurda pero que, al analizarse, tiene su lógica.
El caso de los tropos
En ocasiones, se incluyen dentro de los recursos literarios a los tropos, que son figuras que reemplazan una frase o una palabra por otra que significa lo mismo pero en sentido figurado. La metonimia y la metáfora, por lo tanto, podrían incluirse entre los recursos literarios.
«Sus ojos son dos carbones» es un ejemplo de metáfora. A través de este recurso literario, se sugiere que el color de ojos de alguien es negro, ya que ese es el color del carbón.