Responder implica contestar.
Responder es un concepto que tiene su origen etimológico en el vocablo latino respondĕre. Este verbo es fruto de la suma de dos partes claramente diferenciadas:
- El prefijo re-, que indica reiteración.
- El verbo spondere, que puede traducirse como “ofrecer” o “prometer”.
Puede tratarse de brindar una respuesta, contestar o actuar tras un mensaje o pedido. Por ejemplo: “Si la profesora de Lengua me pregunta qué ocurrió con mis libros, no se qué le voy a responder”, “Tardaste quince minutos en responder: ¿se puede saber dónde estabas?”, “No se preocupen, me voy a encargar de responder todas sus preguntas para que se queden tranquilos”.
TemasResponder en la vida cotidiana
A lo largo del día, debemos responder diversas consultas. Un niño, por citar un caso, es probable que tenga que responder las preguntas de su maestro, mientras que un empleado debe responder aquello que le consulte su jefe. Incluso los animales, al reaccionar ante un llamado o un estímulo, responden.
De acuerdo al contexto, la acción de responder puede tener diferentes significados o adquirir distintos matices. En ciertas ocasiones, responder implica la satisfacción de una demanda o de un pedido, o incluso una reacción positiva: “Estoy satisfecho porque el arquitecto respondió todas mis dudas”, “El médico cree que Luján va a responder correctamente al tratamiento”.
Cuando una persona se hace cargo de la responsabilidad o de la obligación de otra, por otro lado, se dice que responde por ella. En este sentido, un hombre que recomienda a un amigo para un puesto de trabajo le pueda asegurar al empleador que él responderá por su buen desempeño. Esto quiere decir que, en caso de que el sujeto recomendado cometa errores o no se desempeñe correctamente, su amigo se hará cargo de los problemas.
Hoy una persona suele responder decenas de mensajes por día.
El concepto asociado a la tecnología
Hoy el término responder está muy asociado con la tecnología. Y es que no sólo se responde a las llamadas que se pueden recibir al teléfono, como ocurría hasta hace algunas décadas, sino también a los mensajes de la aplicación WhatsApp y a los emails que puedan llegar a la bandeja de entrada del correo electrónico en cuestión.
La proliferación de herramientas de comunicación hace que la gente deba responder de forma constante. Durante el día se reciben decenas de llamados o mensajes de familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.
Preguntas que no se pueden responder
Podemos pensar que todas las preguntas se pueden responder dando una solución, pero no es así. Se considera que hay una serie de cuestiones que siguen sin ser respondidas porque no se encuentra cómo es la mejor manera de hacerlo o porque directamente no se tiene una respuesta.
Ejemplos de ese tipo de preguntas son “¿Qué misterios son los que provocan desapariciones en el Triángulo de las Bermudas?”, “¿A qué huelen las nubes? y “¿Qué fue antes: el huevo o la gallina?”.
Un entretenimiento
Actualmente existen muchos programas de televisión que giran precisamente en torno al verbo que nos ocupa: a responder. Son concursos de tipo cultural, donde los participantes tienen que dejar constancia de todo lo que saben, contestando correctamente a las preguntas que les haga el presentador.
Esa es la manera de que se marchen a casa con una suma cuantiosa de dinero o con distintos premios. Entre los espacios de ese tipo más conocidos está, por ejemplo, “¿Quién quiere ser millonario?”.
