La noción de responsabilidad tiene varios usos. Si nos centramos en el ámbito del derecho, el término alude a la capacidad de las personas para advertir y comprender los efectos de sus acciones.
La idea de penal, en tanto, proviene del vocablo latino poenālis. El concepto puede referirse a aquello vinculado al crimen o a la pena; en el terreno específico del derecho, hace mención a lo relacionado con las faltas y los delitos.
La responsabilidad penal, por lo tanto, surge a partir de la tipificación de ciertas conductas que, por resultar contrarias al orden jurídico, son punibles. Estos actos se constituyen como delitos ya que suponen una violación de la ley.
Qué es la responsabilidad penal
Puede indicarse que la responsabilidad penal es una consecuencia que surge cuando una persona comete un hecho registrado por la legislación penal. Ese hecho, por ser antijurídico, es susceptible de castigo.
Dicho de otra forma: cometer un delito produce una responsabilidad penal. El individuo responsable del delito en cuestión debe ser sometido a un juicio para que, una vez demostrada su culpabilidad, sea sancionado por el Poder Judicial.
Lo habitual es que la responsabilidad penal irrumpa cuando una acción provoca una lesión a un bien protegido por el derecho (como el orden social, la integridad corporal o la vida). La sanción suele consistir en la privación de un derecho o en la imposición de una multa, por ejemplo.
Clasificación según el tipo
La responsabilidad penal puede ser clasificada como común o especial. Si un ciudadano cualquiera comete un asesinato o roba, le corresponde la responsabilidad penal común.
En cambio, si un funcionario público saca provecho de su posición para realizar un delito (como solicitar un soborno o malversar fondos públicos), le cabe una responsabilidad penal especial.
Finalidad de la responsabilidad penal
Según el ordenamiento jurídico, una falta puede acarrear distintas responsabilidades. En el caso de la responsabilidad penal, su finalidad es la resocialización de quien cometió el delito.
Mientras que la responsabilidad civil apunta al resarcimiento de la víctima, la responsabilidad penal busca que el delincuente no repita su accionar antijurídico. La sanción, pues, pretende propiciar que el sujeto se adapte al funcionamiento de la sociedad.
Otra cuestión a considerar es que la responsabilidad penal se fija de acuerdo a la gravedad del delito y se paga al Estado. La responsabilidad civil, en cambio, persigue la compensación de la víctima, quien recibe el pago impuesto por la Justicia.
Algunos ejemplos
Tomemos el caso de un hombre que decide tomar un revólver para salir a robar. De este modo, al cruzarse por la calle con un joven, lo amenaza con el arma de fuego y le exige que le entregue sus pertenencias. Cuando el muchacho le da su dinero y su teléfono, el delincuente huye.
Horas más tarde, tras la denuncia realizada por la víctima, el ladrón es atrapado. Finalmente, el malviviente es juzgado: por la responsabilidad penal de sus actos, que incluyen el uso de arma de fuego para concretar el robo, le imponen una pena de 3 años de prisión, según lo estipulado por la ley.
Otro ejemplo de responsabilidad penal puede encontrarse en un asesino serial. Un criminal que mata a 8 personas con alevosía puede ser condenado a reclusión perpetua cuando la legislación contempla dicho castigo.