Los ribosomas son orgánulos de las células. En estas estructuras que carecen de membrana se llevan a cabo los últimos pasos de la síntesis de las proteínas.
La composición química de los ribosomas está dada por proteínas vinculadas al ácido ribonucleico ribosómico (ARNr) que procede del nucléolo. Los ribosomas pueden estar adheridos al retículo endoplasmático o hallarse en el citoplasma.
Características de los ribosomas
Con un tamaño de unos 30 nanómetros (un nanómetro equivale a la mil millonésima parte de un metro, o sea a dividir un metro en mil millones), los ribosomas sólo pueden observarse con el uso de microscopios electrónicos. En el caso de las células eucariotas, los ribosomas son un poco más grandes (unos 32 nanómetros) en comparación con las células procariotas (menos de 30 nanómetros).
En cada ribosoma es posible reconocer dos subunidades: una mayor y otra menor. Ambas surgen del núcleo celular de manera separada y están vinculadas entre sí a través de cargas.
Sus funciones
La función de los ribosomas es la síntesis de proteínas mediante el uso de los datos genéticos que reciben del ARN mensajero (ARNm). El ARNm, en definitiva, es ácido ribonucleico que alberga el código genético que procede del núcleo de la célula. De esta manera, define cómo deben unirse los aminoácidos de las proteínas, funcionando como una especie de patrón o modelo para la síntesis.
El proceso genético que desarrollan los ribosomas se conoce como traducción. En él, el ribosoma se encarga de «leer» el ARNm para luego ensamblar los aminoácidos que le aporta el ARN de transferencia a la proteína.
Los científicos han distinguido veinte aminoácidos. Cada uno se encuentra codificado en el código genético por uno o más codones: en total, se conocen 64 codones. Los codones son tripletes de nucleótidos y los ribosomas, en su proceso de traducción, trabajan con estos elementos.
La unidad svedberg y los ribosomas
Además del nanómetro, en este ámbito también se utiliza una unidad de medida conocida como svedberg, cuyo símbolo puede ser tanto S como Sv. Es importante señalar que no forma parte del Sistema Internacional de Unidades. Su nombre fue concebido en honor a Theodor Svedberg, un químico y físico oriundo de Suecia, Premio Nobel de Química a raíz de haber inventado la ultracentrífuga (un aparato de interés para la bioquímica, la ciencia de los polímeros y la biología molecular) y de sus aportes a la química de los coloides.
La unidad svedberg sirve para la medición del coeficiente de sedimentación de una macromolécula o de una partícula cuando atraviesan el proceso de centrifugación en condiciones normales; este coeficiente se obtiene a través de la división de la velocidad constante de sedimentación de la partícula o macromolécula por la aceleración que se les aplica. Cabe señalar que el S indica una magnitud de tiempo: 1S es igual a 10 segundos elevados a -13. Además, se trata de una unidad no aditiva; esto se aprecia en el caso de los ribosomas eucarióticos, ya que, a pesar de contener una subunidad de 60S y otra de 40S, dan un valor final de 80S, en lugar de 100S.
Los mitorribosomas y los plastidiales
Se conoce con el nombre de mitorribosomas o ribosomas mitocondriales a una de las partes del aparato de síntesis proteica que poseen las mitocondrias. Su tamaño puede ir desde los 50S hasta los 72S, tal y como se aprecia en el género de protistas denominado Leishmania y en el género de hongos llamado Candida, respectivamente.
Los ribosomas que se aprecian en los plastos (orgánulos celulares eucarióticos encontrados en las algas y las plantas) se denominan plastidiales y se asemejan a los procariotas. Del mismo modo que estos últimos, miden 70S, aunque en su subunidad mayor tienen un ARNr de 4S que, en los procariotas, corresponde al de 5S.