La noción de sacristán se emplea en el terreno de la religión. Así se denomina al individuo que colabora con el sacerdote en la limpieza y la organización de la sacristía y la iglesia, asistiéndolo también en el servicio del altar.
TemasReligioso o laico
El sacristán puede ser un sujeto religioso o laico. Además de tener la sacristía a su cargo y de custodiar los elementos sagrados, su función es disponer los elementos que se necesitan para celebrar la misa.
El sacristán colabora con el sacerdote en la limpieza y la organización de la sacristía.
Tiempo atrás, el sacristán guardaba y vigilaba los libros sagrados, las vestiduras y otros objetos. Hoy ese tipo de dignidad eclesiástica se mantiene en órdenes militares y en ciertas catedrales.
Casi todas las funciones que hoy en día realizan los sacristanes dependían de los denominados ostiarii, y más adelante de los mansionarii. De acuerdo con los Decretos del papa Gregorio IX, quien ocupó el cargo entre 1227 y 1241, los sacristantes parecían contar con una oficina próxima a la suya, y tener la obligación de cuidar los ornamentos, las luces y los vasos.
Dulce cantábrico
Se llama sacristán, por otra parte, a un dulce alargado que forma parte de las recetas tradicionales de Cantabria (España). Las características del sacristán varían de acuerdo a la región: mientras que en algunos lados se elabora con masa de hojaldre, azúcar, sal y manteca, en otros sitios se prepara con crema (nata) de leche y azúcar.
Si bien existen muchas variantes de este dulce, a continuación veremos una receta que sirve como punto de partida para luego explorar diferentes caminos, incluyendo baños de repostería y decoraciones. Para el amasijo, no se necesita más que 400 centímetros cúbicos de agua, 800 gramos de harina y 20 gramos de sal. Para el empaste, usaremos 1 kilogramo de mantequilla y 200 gramos de harina. Finalmente, para los sacristanes mismos se necesitan 200 gramos de hojaldre, 1 huevo, 50 gramos de queso rallado (suele usarse la variedad parmesana, pero queda a gusto de los comensales), y semillas de sésamo.
El primer paso es preparar el denominado amasijo, mencionado en el párrafo anterior, que es la primera fase de la masa que usaremos para elaborar el hojaldre. En este punto cada uno tiene su estilo de amasado, de manera que lo importante es usar el agua, la harina y la sal para hacer un bollo elástico y uniforme, el cual debemos tapar con film transparente y dejar un rato para que repose a temperatura ambiente. Seguimos con el empaste, el cual debe tener una consistencia media y forma rectangular. También se envuelve en film transparente, pero se lleva al refrigerador.
Llega el momento de preparar el hojaldre, que es el protagonista de la receta. Para ello debemos estirar el amasijo hasta dejarlo en forma de rectángulo, poner el empaste en el centro y luego cubrirlo con la masa. A continuación viene la parte más trabajosa, que sirve para conseguir la consistencia típica del hojaldre: se debe plegar seis veces sobre sí mismo, y dejarlo descansar media hora en el refrigerador después de cada una. Una vez listo, se debe estirar, pintar con la yema del huevo y echarle las semillas y el queso. Se corta en tiras y se cuece a 200 grados en el horno hasta que queden dorados.
Con la mantequilla y la harina se prepara el empaste para el hojaldre.
José Sacristán
José Sacristán, por último, es un actor español con una trayectoria destacada en televisión, teatro y cine. Nacido en el municipio madrileño de Chinchón en 1937, obtuvo un Premio Goya, dos Cóndor de Plata y dos Concha de Plata, entre muchos otros galardones.
«Un hombre llamado Flor de Otoño», «El muerto y ser feliz», «Magical Girl», «Vida conyugal sana», «Solos en la madrugada», «Un lugar en el mundo» y «Convivencia» son algunas de las principales películas que contaron con la actuación de Sacristán, quien es padre de tres hijos.
