El saldo migratorio es la diferencia existente entre la emigración y la inmigración en una cierta región. Para comprender el concepto, es importante analizar los dos términos que lo componen.
La noción de saldo puede utilizarse con referencia al resultado de una cuenta o a la conclusión derivada de un determinado análisis. Migratorio, por su parte, es aquello relacionado con las migraciones: los desplazamientos de personas o animales entre diferentes territorios.
Cómo calcular el saldo migratorio
Para calcular el saldo migratorio de un lugar, por lo tanto, se debe restar la cantidad de emigrantes (es decir, el número de personas que se marcharon del lugar para radicarse en otros sitios) a la cantidad de inmigrantes (la cifra de individuos arribados desde otros lugares con el fin de radicarse en el nuevo territorio).
Si lo presentamos como una fórmula, se expresa de este modo:
Saldo migratorio = Cantidad de inmigrantes – Cantidad de emigrantes
Clasificación según el tipo
Con esto en claro, podemos decir que el saldo migratorio positivo revela que el ingreso de población superó al egreso de población.
En contrapartida, el saldo migratorio negativo supone que la cantidad de gente que se marchó es superior a la cantidad de gente que ingresó.
Veamos un ejemplo. Un estudio determina que un país X recibió 40.000 inmigrantes en el último año mientras que, en el mismo periodo, 28.000 personas decidieron irse a vivir a otras naciones. El saldo migratorio, de este modo, es +12.000.
Es importante saber que el saldo migratorio no tiene que ver con el aumento o el retroceso de la cantidad de habitantes de la región, ya que no contempla los nacimientos ni los decesos.
Saldo migratorio en España
En España, por ejemplo, se produjo un notable cambio en el saldo migratorio en la década pasada a raíz de la crisis económica. Así, en un momento se pasó de un saldo positivo a otro negativo.
En concreto, según los datos que han aparecido en distintos estudios y estadísticas, pasó de ser positivo en 2008 con +243.500 personas, a negativo a partir de ese momento y durante los posteriores años. Así, se establece que entre 2008 y 2013 se produjo una reducción de entradas de 269.000 personas al año. Y eso sin olvidar que, por otro lado, se impulsaron las salidas con una cifra de unos 200.000 individuos al año.
Muchas son las causas que podrían explicar ese fenómeno. No obstante, la más importante, sin lugar a dudas, es la falta de trabajo, que llevó a que tanto los propios españoles se tuvieran que marchar fuera para encontrar un empleo como a que los inmigrantes que habían llegado se vean en la necesitar de regresar a sus hogares o a irse a otros países para poder hallar empleo.
Otra tipología
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto que hay dos tipos de saldos migratorios que se refieren a una región concreta:
- El externo, que surge por la diferencia que existe entre los inmigrantes extranjeros y los emigrantes hacia el extranjero.
- El interno, que es el saldo que resulta de restar los emigrantes que van hacia otras regiones a la cantidad de inmigrantes recibidos de otras regiones.