Definición de

Samaritano

Colectividad religiosa

Se considera que los samaritanos conformaban una colectividad religiosa descendiente de las tribus israelíes.

El término samaritano surgió de un vocablo arameo que luego pasó al griego y finalmente, antes de llegar a nuestra lengua, al latín. Su primera acepción, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), refiere al sujeto originario de Samaria.

Esta región se encuentra en Cisjordania, en una zona en disputa entre Israel y Palestina. En la antigüedad, Samaria era una ciudad del Reino de Israel: de hecho, entre el siglo IV y el siglo VII antes de Cristo fue su capital. Desde 2012, las ruinas de la antigua ciudad están bajo el control de la Autoridad Nacional Palestina.

Los samaritanos, por lo tanto, son oriundos de esta región. El concepto, de todas formas, se asocia a la colectividad religiosa que se proclama descendiente de las tribus israelíes (surgidas, de acuerdo a la Biblia, de los doce hijos de Jacob).

Origen de la colectividad religiosa

La tradición indica que los samaritanos descienden de Efraín y Manasés, hijos de José (quien, a su vez, es hijo de Jacob). Los samaritanos surgieron tras el exilio que se produjo cuando los asirios conquistaron las tribus israelíes: no se marcharon y comenzaron a recibir a los extranjeros que pasaban por allí. El grupo samaritano, de esta manera, tuvo enfrentamientos con la colectividad judía.

El Nuevo Testamento del catolicismo incluye a los samaritanos en parábolas que resaltan la relevancia del amor al prójimo a partir de las diferencias que existían entre los samaritanos y los judíos. También se menciona a los samaritanos que se convirtieron y empezaron a difundir la palabra de Jesús. En la actualidad, se suele calificar a una persona como samaritana cuando es solidaria.

Las parábolas son narraciones de un hecho ficticio que lleva al interlocutor a reflexionar acerca de cuestiones morales. Una de las más importantes de la Biblia es la del buen samaritano, cuyo resumen se expone a continuación.

Religión

La parábola del buen samaritano aparece en el Nuevo Testamento.

Parábola del buen samaritano

Un hombre judío se dirigía hacia Jericó desde Jerusalén y, mientras se encontraba en pleno viaje, un grupo de maleantes lo asaltaron, lo despojaron de su ropa, lo azotaron y casi le quitaron la vida. Al mismo tiempo, un sacerdote pasaba por la zona y vio a la víctima del ataque, casi muerto; sin embargo, decidió continuar andando como si no se hubiese percatado de su presencia. Así también actuó un levita, ignorando las necesidades del pobre hombre.

Más tarde, pasó por allí un hombre de Samaria, un pueblo al que los judíos despreciaban; al ver al hombre en apuros no dudó en tenderle una mano. En primer lugar, reunió los elementos necesarios para limpiar sus heridas y vendarlo; seguidamente, lo subió a su burro y lo llevó a un sitio donde pasaron la noche. Antes de marcharse, el samaritano le dio dinero al dueño del lugar y le pidió que se encargara de cuidar al hombre judío; además, le rogó que no escatimara en gastos si excedían el pago inicial, ya que los cubriría la próxima vez que se vieran.

Contexto de la historia

En el evangelio de Lucas (específicamente en 10:25-25) se cuenta que un experto en leyes judías se acercó a Jesús y le preguntó cuál era la más importante de las leyes de Moisés. A esto, Jesús respondió que era aquella que enseñaba a amar al Señor con el corazón, el alma, la mente y con todas las fuerzas, y también a amar al prójimo como a uno mismo.

Entonces, el experto en leyes preguntó cómo saber quién era su prójimo, y Jesús decidió relatarle la historia anterior para que lo comprendiera por sí mismo. Al finalizar la narración, Jesús le indicó al primero que tomara el ejemplo del buen samaritano.

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Cómo citar este artículo Publicado por Julián Pérez Porto y Ana Gardey. Actualizado el 24 de mayo de 2022. Samaritano - Qué es, definición, origen e historia. Disponible en https://definicion.de/samaritano/
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