Singular es una noción que proviene de singulāris, un término de la lengua latina. Como adjetivo, puede emplearse para calificar a aquello que es infrecuente, anómalo o sorprendente.
Por ejemplo: «Los biólogos afirmaron que fue un hecho singular: no es común que un animal de esta especie ataque a un ser humano», «Ante la renuncia de todos los integrantes de la comisión directiva, el club vive un momento singular», «Se trata de un actor con un talento singular, ya que es capaz de hacernos pasar del llanto a la risa en una fracción de segundo».
Lo singular, de este modo, se asocia a características que escapan de la normalidad. Si tomamos el caso de una liga de fútbol cuyos equipos tienen un promedio de 2,1 goles por partido, con la excepción de un conjunto que anota 4,3 goles por encuentro, puede decirse que este último equipo tiene un poder ofensivo singular.
Singular en la gramática
En el ámbito de la gramática, el concepto de singular refiere a la cantidad de un solo elemento al que alude una palabra. Dicho de otro modo, los sustantivos expresados en singular hacen mención a una única cosa o a un solo ejemplar de la especie o el tipo en cuestión.
El sustantivo «perro», por citar un caso, está expresado en singular. En cambio, «perros» es el mismo sustantivo pero mencionado en plural. Si alguien dice que tiene «un perro», cuenta con único animal de esta especie. Distinto es el caso de aquel que afirma tener «perros»: pueden tratarse de dos, tres o más animales.
Con los sustantivos colectivos se produce una particularidad: en singular, mencionan un grupo de diversos elementos semejantes. Una «jauría» (singular) es un grupo de perros, varias «jaurías» (plural) son varios grupos de grupos.
Sustantivos incontables
Así como los sustantivos colectivos no pueden expresar la idea de un solo ejemplar o individuo de una clase, los sustantivos incontables (tales como agua, aceite, miedo, aire, placer, tinta y viento) son inconmensurables, no pueden contabilizarse ni dar a entender una cantidad específica. Para ello deben valerse de otras palabras, como son las unidades.
Si bien en el habla cotidiana se aceptan oraciones como «tengo que comprar un agua» o «estos son mis únicos placeres», en realidad se trata de una forma poco precisa y demasiado concisa de comunicar ciertas ideas; en estos casos particulares, «un agua» probablemente hace alusión a «una botella de agua», mientras que los «placeres» son en realidad «actividades» o «situaciones» que le generan placer al emisor.
El singular y la «s»
En castellano asociamos la idea de plural con las palabras terminadas en «s», por lo cual asumimos que el resto de los sustantivos son singulares. Habiendo definidos los conceptos de sustantivo colectivo e incontable, sobra decir que esta regla no es muy fiable.
Por otro lado, apegarnos tanto a esa idea de que la «s» final indica la presencia de un plural puede resultar contraproducente a la hora de estudiar otros idiomas, en los cuales las reglas sean diferentes. En inglés, por ejemplo, tenemos ejemplos de palabras en las cuales el singular y el plural se escriben exactamente igual, algo que ocurre con «fish» (pez o peces) y «sheep» (oveja u ovejas). También está el caso de la palabra «children» (niños), que es el plural de «child».
Como si esta diferencia no fuera lo suficientemente impactante para los hispanohablantes, hay algunos idiomas en los cuales el sustantivo no se puede clasificar según el número, ya que no incluye esa idea en su significado; tal es el caso del japonés, donde siempre es necesario el contexto para saber de cuántos objetos o sujetos se está hablando, o al menos si se trata de uno o varios.