El sistema nervioso central es el área del sistema nervioso que abarca a la médula espinal y al encéfalo. De acuerdo a la medicina, el concepto de sistema nervioso refiere al entramado de tejidos que se ocupa de capturar y procesar estímulos para que el cuerpo pueda concretar una interacción eficaz con el medio ambiente. Esto quiere decir que el sistema nervioso posee un rol sensitivo (por recibir estímulos tanto internos como externos), una función integradora (por analizar las señales captadas, guardar información y formular una reacción) y una función motora (el movimiento muscular o la secreción glandular en respuesta a los estímulos).
Además del sistema nervioso central, puede reconocerse al sistema nervioso periférico (donde se localizan los nervios craneales y los nervios raquídeos).
Con respecto al encéfalo tenemos que establecer que el mismo se divide a su vez en tres partes claramente diferenciadas: el prosencéfalo o cerebro anterior; el mesencéfalo que también se da en llamar cerebro medio; y finalmente el rombencéfalo al que de la misma forma se le conoce como cerebro posterior.
Características del sistema nervioso central
El sistema nervioso central (también identificado con la sigla SNC) se encuentra protegido por unas membranas conocidas como meninges y por estructuras óseas (el cráneo protege al encéfalo, mientras que la columna vertebral recubre a la médula). Las células que componen el SNC, por otra parte, se agrupan en la llamada sustancia gris (es decir, los cuerpos neuronales) y la sustancia blanca (las prolongaciones nerviosas conocidas como dendritas y axones).
Lo que hace el SNC es recibir y procesar los estímulos que recogen los diferentes sentidos y transmitir las respuestas. La especialización de sus células hace que la regeneración del SNC en caso de enfermedad o accidente sea casi nula.
Afecciones más usuales
Además de todo lo expuesto no podemos pasar por alto el hecho de que el sistema nervioso central puede verse afectado por una serie de infecciones que le lleguen a través del sistema periférico, de la sangre, de una infección local o de un germen que penetra a raíz de un traumatismo de diversa tipología.
Varias son las afecciones por las que puede verse afectado dicho sistema y entre las mismas destaca especialmente la meningitis que, como su propio nombre indica, es una inflamación de las meninges. La misma puede ser aséptica o piógena.
No obstante, existen otras infecciones igualmente significativas como sería el caso también de la llamada encefalitis. Un proceso inflamatorio es este que puede traer consigo la muerte neuronal de la persona que lo padece.
Y todo ello sin olvidar tampoco la cerebritis, que es una inflamación focal de lo que es el cerebro y tiene como principales síntomas la necrosis o la tumefacción de determinadas zonas.
La enfermedad de Alzheimer (la primera causa de demencia), la esclerosis múltiple y el mal de Parkinson son algunos de los trastornos que afectan las capacidades del SNC. Estos problemas se agrupan bajo la denominación de enfermedades de carácter neurodegenerativo, que implican un proceso de muerte celular y una reducción del número de neuronas.
Tres patologías de gravedad a las que habría que añadir la también conocida como enfermedad de Huntington que se define por ser un trastorno tanto en lo que es movimiento como también en la demencia del paciente.