El concepto de subjetividad está vinculado a una cualidad: lo subjetivo. Este adjetivo, que se origina en el latín subiectivus, se refiere a lo que pertenece al sujeto estableciendo una oposición a lo externo, y a una cierta manera de sentir y pensar que es propia del mismo.
En este sentido, puede afirmarse que la subjetividad es una propiedad opuesta a la objetividad. Mientras que la primera se sustenta en la opinión y los intereses propios del sujeto, la objetividad implica tratar a los conceptos como si fuesen cosas, de manera distante y con la menor implicación personal posible.
Diferencias entre la subjetividad y la objetividad
La diferencia entre la subjetividad y la objetividad es clara al analizar distintos textos. Aquellos que explicitan la opinión del autor son subjetivos; los que intentan limitarse a los datos concretos y fácticos son objetivos. Por ejemplo: «El fantástico equipo argentino humilló al rival con un juego de gran nivel» es una frase subjetiva; «Argentina derrotó cuatro a cero a su oponente» es una frase objetiva.
En un sentido similar, si alguien expresa «La mejor banda de rock de la historia ofrecerá uno de sus mágicos shows en nuestro país» estará siendo subjetivo, a diferencia de quien comenta que «Los Rolling Stones se presentarán en nuestro país».
La mirada de la filosofía
La filosofía analiza este tema en forma detallada. De acuerdo a esta ciencia, la subjetividad está vinculada a una interpretación que se realiza sobre la experiencia, por lo que sólo es accesible a la persona que atravesó la vivencia en cuestión. De esta forma, el sujeto desarrolla sus propias opiniones, de acuerdo a su percepción particular y determinadas por lo vivido.
Algunos autores han definido el concepto como la capacidad de pensar, negociar, interactuar y dar cierta intencionalidad a una acción. Dichas capacidades van de lo individual a lo colectivo, y se llevan a cabo a través de una organización del trabajo de manera informal y única, porque todos los seres humanos tenemos nuestra propia forma de expresar dichos pensamientos y realizar las acciones respectivas.
Subjetividad en el lenguaje
En lingüística existen los conceptos de objetividad y subjetividad para referirse a la intencionalidad de un determinado mensaje. Para identificarlo se realiza un análisis sobre las modalidades oracionales que han sido utilizadas en el mismo.
La objetividad se vincula con un significado denotativo u objetivo, el cual es común a todos los hablantes y cuenta con una estructura tangible que permite un entendimiento exacto de lo que se dice. Un ejemplo de lenguaje objetivo son los textos de tipo científico.
La subjetividad está relacionada con un significado connotativo, que responde a experiencias emocionales, ya sean positivas o negativas, y es propia de cada contexto. Es decir que la comprensión de ese mensaje dependerá de quién lo pronuncie, en qué situación y a quién vaya dirigido. Es un elemento protagonista tanto del lenguaje coloquial como del literario.
Características del mensaje subjetivo
Ciertos rasgos en un mensaje permiten que pueda ser identificado como subjetivo; aquí presentamos los más importantes:
*Modalidad oracional: se utilizan principalmente oraciones exclamativas, dubitativas o desiderativas para expresar afectividad, así como rotundas negaciones o afirmaciones;
*Léxico valorativo: preponderancia de vocablos afectivos (hermoso, cariño), verbos imperativos o que indiquen posibilidad (no debe olvidarse, conviene que), expresiones que sugieran o manifiesten una duda (por supuesto, tal vez) y complementos que expresen una posición ideológica del hablante (en mi opinión, a mi modo de ver);
*Recursos expresivos: Utilización de ciertas redundancias (lo vi con mis propios ojos), interrogaciones de tipo retórico, palabras malsonantes, insultos, hipérboles (Que veo menos que un gato de escayola) y eufemismos;
*Signos de puntuación: uso de puntos suspensivos con el objetivo de crear duda o expectativas, paréntesis en el lenguaje escrito para realizar aclaraciones y comillas para marcar o subrayar una palabra que ha sido dicha con ironía.