La noción de subyugar deriva de subiugāre, un vocablo latino. El concepto refiere a ejercer un dominio o un control por medio de la fuerza.
Someter u oprimir
Subyugar, en este marco, consiste en someter u oprimir. Por ejemplo: “No vamos a dejar que una potencia extranjera se dedique a subyugar a nuestro pueblo”, “Mi jefe tiene alma de tirano, le encanta subyugar a sus empleados”, “Los machistas que pretenden subyugar a la mujer deben ser castigados”.
Para esta acepción, podemos mencionar avasallar, vejar, dominar y aprisionar, como algunos de los sinónimos más usados. En la primera oración de ejemplo, el emisor se niega a que una potencia extranjera «domine» a su pueblo. De modo similar, la segunda nos dice que un hombre tiene una actitud avasallante y opresora hacia sus empleados. Por último, el sometimiento de la mujer es uno de los principales y más lamentables rasgos del machismo. Queda claro que el significado de este término tiene una connotación negativa en estos tres ejemplos, aunque más adelante veremos otros matices.
En diferentes ámbitos
La idea de subyugar suele aparecer en el terreno de la política. Un gobierno, por citar un caso, puede subyugar a los ciudadanos o a una colectividad al no respetar sus derechos. Supongamos que un sujeto llega al poder a través de un golpe de Estado, disuelve el Poder Legislativo y comienza a perseguir a los miembros de una determinada etnia. Esta persona, en este marco, está subyugando a quienes su régimen hostiga y ataca: dicho de otro modo, hay individuos que son víctimas del opresor.
En el plano del deporte, subyugar se vincula a derrotar. Un tenista subyuga a su rival, por mencionar una posibilidad, cuando logra imponerse en un partido. Lo mismo puede decirse del equipo de fútbol que vence con facilidad a su oponente.
Embelesar
Otro uso de subyugar, en tanto, hace mención a embelesar. La acción supone cautivar o extasiar a través de alguna cualidad o característica: “La muchacha tiene la facultad de subyugar a todas las personas del barrio”, “No me voy a dejar subyugar por las luces de la fama”, “No sabía que el paisaje me iba a subyugar”.
En este caso, el significado de la palabra subyugar se relaciona con los sentidos, con un efecto cautivador o de arrebato que algo o alguien produce en ellos. Veamos los tres ejemplos en mayor detalle para explorar esta acepción, menos usada que la anterior. Comencemos por la oración que habla de una muchacha que es capaz de subyugar a quienes la rodean; hay personas que, por su personalidad carismática y su encanto natural, deslumbran de forma involuntaria a todos los que se cruzan en su camino.
Para subyugar de esta manera a los demás no es necesario hacer nada en particular, sino ser uno mismo. Claro que lo consiguen aquéllos que han sido dotados con determinadas características, físicas o en su carisma, que no pueden obtenerse por medio de la voluntad. Antes de continuar, podemos mencionar algunos de sus sinónimos más usados en este marco: dominar, encantar, atraer, seducir y maravillar.
Apoyándonos en estas otras palabras podemos entender mejor la oración acerca de «las luces de la fama», ya que en este caso el emisor asegura que no permitirá que éstas lo seduzcan, lo atraigan al punto de impedirle tomar sus propias decisiones. Por último, tenemos un ejemplo en el cual el efecto de la cosa que subyuga no es dominante, aunque sí impacta fuertemente en los sentidos: el paisaje deja boquiabierto al emisor, pero no lo lleva a perder el control de su vida, como sí podría ocurrirle con una persona que lo deslumbrase.