Avasallar es un concepto que se vincula a la idea de vasallo: aquel que depende de un monarca o de un señor feudal. El verbo avasallar, de este modo, hace referencia a someter, sojuzgar o tiranizar.
El avasallamiento suele vincularse a un trato autoritario y carente de respeto. Cuando una persona avasalla a otra, no tiene en cuenta sus derechos ni respeta sus opiniones o pedidos. La acción de avasallar también puede ser desarrollada por una organización o una entidad, incluso por el Estado.
Por ejemplo: “Si el gobierno decide avasallar los derechos de los trabajadores, vamos a manifestarnos en las calles y en las plazas de todo el país”, “La oposición denunció que el presidente pretende avasallar la democracia”, “No me gusta avasallar a mis empleados: prefiero dejarles el espacio necesario para que se expresen”.
Acción de avasallar
Para que alguien consiga avasallar a otro, tiene que registrarse una situación de desigualdad. El avasallado se encuentra en una posición de debilidad, que es aprovechada por el avasallador. De lo contrario, el avasallamiento sería resistido e impedido.
Partiendo de ese significado podemos establecer que un maltratador lo que hace con su pareja es avasallarla para que esté completamente sometida a sus deseos. De la misma manera, quienes llevan a cabo el acoso escolar también apuestan por avasallar a la víctima, que queda absolutamente subyugada a quienes le insultan, le agraden y le humillan de múltiples maneras.
Dominar, oprimir, subyugar, abusar, someter y tiranizar son, por tanto, sinónimos del término avasallar. Por el contrario, podrían considerarse antónimos de la misma otras palabras tales como desagraviar o liberar.
El concepto en el deporte y la literatura
En el terreno del deporte, se suele utilizar la idea de avasallar respecto a superar claramente al rival.
Si un equipo de fútbol, a los 15 minutos de juego, logra imponerse por dos a cero, podría decirse que está consiguiendo avasallar a su oponente. Si el resultado luego se mantiene sin cambios, o incluso logra ser revertido por el equipo rival, ya no se podrá hablar de avasallamiento. Por eso, en este caso, la noción se vincula a un estado o momento específico.
En la literatura se ha utilizado el término que ahora estamos abordando incluso para darle título a ciertas obras. Este sería el caso, por ejemplo, del libro “No se deje avasallar”, escrito por Peter Lauster y publicado en 1978.
Avasallar a preguntas
De la misma manera, no podemos pasar por alto la existencia de una expresión que también utiliza la palabra que ahora nos ocupa. Nos estamos refiriendo a “avasallar a preguntas”. La misma se emplea para indicar que una persona está sometiendo a otra casi a un interrogatorio sin darle tiempo a que hable; es decir, que solo está dedicada a contestar a lo que se le está preguntando.
Muchas circunstancias pueden ser las que propicien la utilización de esa expresión. Un ejemplo sería el siguiente: “El padre de Eva avasalló a preguntas al novio de esta en su primera visita a la casa familiar”.