Tabú es un término polinesio que significa «lo prohibido». El concepto permite mencionar las conductas o acciones que están prohibidas o censuradas por un grupo humano debido a cuestiones culturales, sociales o religiosas.
Los tabúes suelen instaurarse sobre aquello que se considera antinatural. Quien rompe un tabú comete una falta y es castigado, ya sea desde el aspecto legal (cuando la falta es un delito y supone una violación de la ley) o social (a través de la discriminación, la condena pública, etc.).
La mayor parte de los tabúes surgen por la tradición cultural, aunque algunos también pueden desarrollarse a partir de los intereses políticos dominantes. Un tabú, en definitiva, siempre representa una restricción al campo de acción de las personas.
El tabú y las palabras
Entre los diversos tipos de tabúes existentes tendríamos que destacar aquellos que se refieren a la prohibición de pronunciar determinadas palabras o frases. En concreto, la cultura china es la que quizás ha fomentado y desarrollado más este tipo de restricciones en el lenguaje como puede ser a la hora de nombrar a determinados emperadores, santidades o ancestros.
Los fans de la saga literaria y cinematográfica «Harry Potter», creada por la escritora J.K. Rowling, por ejemplo, saben que los personajes al principio de la misma también tenían un tabú en esta línea. Así, estaba prohibido decir el nombre de Voldemort, que es el antagonista, el señor del lado oscuro que quiere adueñarse del mundo.
Del canibalismo a la sexualidad
El canibalismo es uno de los tabúes más extendidos. Comer carne humana es considerado aberrante por la gran mayoría de las personas. Otros tabúes alimentarios son más acotados, como el hecho de comer carne de cerdo (algo condenado por el judaísmo pero común para los católicos, por mencionar un caso).
La sexualidad incluye muchos tabúes, algunos muy extendidos (como el incesto o la zoofilia) y otros que resultan obsoletos en la actualidad (la homosexualidad, el sexo prematrimonial).
Hay que considerar que la noción de tabú cambia con la historia y depende de cada comunidad. Un sujeto incluso puede desarrollar una conducta considerada tabú por la sociedad pero que a él no le causa ningún rechazo. En estos casos, lo habitual es que dicha conducta sea realizada en privado o en secreto, para evitar el escarmiento público.
El vínculo entre las personas y el tabú
Como ya indicamos, los individuos pueden relacionarse de distintas maneras con un tabú. Ese vínculo es personal, pero a la vez está condicionado por el contexto.
A nivel general, puede indicarse que romper un tabú genera vergüenza y pudor ya que dicha violación de las normas suele provocar un estigma. Por lo tanto, hay una represión que lleva a tratar de no incumplir con lo socialmente aceptable. Si nos centramos en la religión católica, cuando el tabú es un pecado, la conducta condenable se considera una blasfemia, una herejía o un sacrilegio.
La transgresión de las reglas o la desviación de lo establecido siempre produce, de una forma u otra, un castigo o una sanción. Por eso, muchas veces quien quiebra un tabú tiende a hacerlo desde el ostracismo o la clandestinidad. Esto le permite evitar el perjuicio.
En ocasiones, hay quienes se interesan por los tabúes debido al misterio que genera lo prohibido. De todas maneras, se mantiene el temor por los posibles efectos de eludir las convenciones, tanto por la acción en sí misma como por las repercusiones sociales.
Tomemos el caso de la profanación de tumbas. Esta infracción es un delito, con lo cual se trata un acto ilícito que acarrea un castigo legal. Además, la creencia popular sostiene que sobre el profanador puede recaer una maldición.
El libertinaje
Los sujetos más conservadores que pretenden mantener intactos los tabúes condenan el libertinaje. Se trata de personas que se oponen al hedonismo, la lujuria y los excesos, incluso en la vida íntima, considerando que lo anticonvencional es una desvergüenza.
Estos hombres y mujeres condenan a los infractores y los suelen acusar de la supuesta decadencia social. Por eso promueven la represión y rechazan el «exceso» de libertad que, con el correr de la historia, ganaron los seres humanos al dejar atrás múltiples ataduras.
«Tabú» como título
Además de todo lo expuesto hay que destacar que en 2012 se estrenó la película «Tabú». Originaria de Portugal, se enmarca dentro del género dramático y toma como protagonistas a tres personas diferentes: una anciana con mucho carácter, la cuidadora que tiene esta mujer y la vecina.
Las dos últimas féminas serán las que, al fallecer la primera, descubran que en el pasado la protagonista vivió una historia de amor llena de pasión y aventuras en tierras africanas.
Además tenemos que destacar la existencia de un juego de mesa que se da en llamar «Tabú». En él los concursantes tienen que adivinar una palabra a través de las descripciones de otros. La clave está en que estos últimos tienen prohibido utilizar determinados conceptos que permitirían que rápidamente se conociera el término en cuestión.