Para poder conocer el significado del término teocentrismo, lo primero que hay que hacer es descubrir su origen etimológico. En ese sentido podemos decir que deriva del griego pues es fruto de la suma de tres componentes de dicha lengua:
-El sustantivo “theos”, que puede traducirse como “dios”.
-“Kentron”, que es equivalente a “centro”.
-El sufijo “-ismo”, que se utiliza para indicar “doctrina”.
Qué es el teocentrismo
Se denomina teocentrismo a la doctrina que sitúa a Dios como director absoluto de todos los acontecimientos del universo. De acuerdo al teocentrismo, aquello que sucede en el mundo, incluyendo las acciones de los seres humanos, depende de Dios.
Los teocentristas explican la realidad a partir de la voluntad divina: todo está supeditado a Dios. La ciencia, en este marco, queda en un segundo plano debido a que cualquier fenómeno, por mínimo o insignificante que resulte, es regido en última instancia por la divinidad.
Desarrollo histórico de la doctrina
Durante muchos siglos, el teocentrismo fue la doctrina predominante. Desde el comienzo de la era cristiana hasta el inicio del Renacimiento, las distintas corrientes filosóficas solían ubicar a Dios en el centro de la escena. El panorama empezó a cambiar a partir del Renacimiento, cuando se colocó al ser humano como protagonista central del universo.
Precisamente por la primacia del teocentrismo en la época medieval se entendía que las clases más humildes fueran, como algunos historiadores han determinado, no sólo pesimistas sino también subyugadas y sin ánimo de lucha. Eso se debía a la idea de que todo estaba supeditado a la voluntad de Dios, que el rey era rey porque así aquel lo había determinado y que no se podía hacer nada por cambiar las cosas.
De la misma manera, esa circunstancia también vendría a explicar el hecho de que en ese momento se dieran forma a iniciativas que, de un modo u otro, ofrecían a los individuos el poder estrechar su relación con Dios, expiar sus pecados e incluso poder asegurarse que después de la muerte tendrían una vida en absoluta paz con el Ser Creador. Nos estamos refiriendo en concreto a lo que fueron las peregrinaciones al Camino de Santiago, que aún hoy siguen vigentes, y también la creación de distintas órdenes religiosas que se consideraban que estaban apegadas a valores como la castidad, la obediencia o el trabajo.
Del teocentrismo al antropocentrismo
A partir del siglo XV, la mayoría de las corrientes del pensamiento dejaron de reconocer a Dios como la única causa de todo lo que sucede en el universo, sino que pasó a ser considerado, sólo en algunos casos, como uno más de varios factores.
El teocentrismo, de este modo, dejó pasó al antropocentrismo, que toma a las personas como centro de los acontecimientos. El antropocentrismo piensa la realidad a partir de los intereses y las condiciones de los seres humanos, a diferencia del teocentrismo que lo hace a partir de la presencia de Dios.
Entre el teocentrismo y el antropocentrismo se ubica el biocentrismo, que toma a todos los seres vivos como eje, más allá del ser humano.