Una trompeta es un instrumento de viento que permite hacer música gracias al paso de aire por su interior. Su estructura consiste en un tubo extenso que se ensancha y que emite un sonido diferente de acuerdo a cómo se sople.
Por ejemplo: «En el próximo disco incluiremos varias canciones con trompeta», «Cuando tenía diez años, mi papá me regaló una trompeta», «¿Qué sería de una banda de jazz sin una buena trompeta?».
La persona que toca este instrumento se conoce como trompetista o, incluso, simplemente como trompeta: «Mi sueño era ser el mejor trompeta de América Latina», «La presentación se suspendió por la enfermedad del trompeta».
Funcionamiento de la trompeta
Para producir los sonidos, el trompetista debe soplar en la boquilla del instrumento. El aire avanza a través del tubo y sale por un sector conocido como campana. A través de tres pistones, el músico puede crear diferentes afinaciones.
Cada vez que se aprieta un pistón, éste actúa de distintas maneras sobre el tubo de la trompeta. Con respecto a la tesitura, el rango básico de la trompeta es de dos octavas y media, que abarcan desde el tercer fa sostenido del piano hasta el do central, aunque hay excepciones que dependen tanto del instrumento como de la habilidad del músico.
Su origen histórico
Se cree que las primeras trompetas fueron creadas con cuernos de distintos animales. Estos instrumentos prehistóricos eran empleados en ceremonias y también con fines comunicativos. Con el tiempo, comenzaron a surgir trompetas creadas con cañas y otros materiales de origen vegetal o animal, hasta el descubrimiento del bronce.
Aunque es posible encontrar el uso de trompetas en diferentes géneros musicales, hace varias décadas que este instrumento suele asociarse al jazz. En este sentido, varios de los jazzistas más reconocidos de la historia fueron trompetistas, como Miles Davis, Dizzy Gillespie y Louis Armstrong.
Rubén Simeó, un genio de la trompeta
En 1992, nació en la ciudad española de Vigo Rubén Simeó, un trompetista prodigio a quien le aguardaba un futuro brillante. Su padre también se dedica a tocar la trompeta y fue su primer maestro: Rubén comenzó a estudiar este difícil instrumento a la edad de 7 años en el Conservatorio de Vigo. Desde sus primeras incursiones, no hizo otra cosa que recibir halagos y recoger importantes premios.
A lo largo de su corta pero intensa trayectoria, Simeó ha conseguido que Maurice André (un trompetista francés considerado por muchos el más grande de los últimos tiempos) lo apadrinara. Tenía tan sólo 14 años cuando André lo descubrió y decidió hacerle un excepcional hueco en su agenda para convertirlo en su sucesor, declarando públicamente que se trataba de un niño con todos las aptitudes necesarias para llegar a lo más alto en el dominio de la trompeta.
Dados sus dotes para la música, los conciertos y las presentaciones en televisión no se hicieron esperar: existen en Internet vídeos que lo muestran desde los 8 años tocando en compañía de orquestas y deslumbrando por su técnica y expresividad, además de por la considerable diferencia de edad entre él y el resto de los músicos. Cabe mencionar que el talento natural es tan sólo una parte de la ecuación; aprender a tocar la trompeta requiere de una gran disciplina, de mucha dedicación y de la voluntad de sacrificar ciertos momentos de ocio.
Curiosamente, el primer instrumento en el que se interesó Rubén fue el violonchelo, el cual comenzó a estudiar cuando tenía tan sólo 6 años. Sin embargo, dada la profesión de su padre, el pequeño prodigio tomaba prestada la trompeta de su padre para jugar, y así descubrió su nueva pasión. El repertorio que más le atrae es el virtuosístico, ya que puede causar sensaciones muy intensas en su público y conseguir de esta manera conectar con él.