El origen etimológico del término tesitura se encuentra en el vocablo italiano tessitura. El concepto puede emplearse con referencia al estado anímico o a la actitud que adopta un individuo respecto a un determinado tema.
Por ejemplo: “Te advierto que no conseguirás nada con esa tesitura: mejor cálmate y trata de reflexionar con serenidad antes de tomar una decisión equivocada”, “El presidente mantuvo su dura tesitura respecto al asunto”, “Siempre trato de aconsejar a aquellos que están en mi tesitura”.
Partiendo de este significado lo podemos utilizar en muchos aspectos de nuestra vida. Así, por ejemplo, se puede establecer en frases como esta: “Iván se encontraba en una difícil tesitura: quedarse con su mujer y seguir viviendo un matrimonio infeliz o romper con todo y comenzar una nueva vida al lado de la chica que amaba”.
En el ámbito de la música, la idea de tesitura alude a la altura característica de un instrumento o de una voz. En este sentido, la tesitura se asocia a la gama de sonidos que pueden emitirse.
La tesitura, por lo tanto, incluye la totalidad de las notas comprendidas entre la más aguda y la más grave que una voz o un instrumento pueden emitir. Respecto a las voces humanas, suele vincularse la noción de tesitura a la zona de la voz que ofrece buena calidad.
De este modo, la tesitura de una voz se relaciona con el intervalo que puede aprovecharse en sentido musical gracias a la capacidad de la persona de controlar los sonidos que emite y de apelar al timbre adecuado. Esto diferencia a la tesitura de la extensión vocal, que se forma por la totalidad de las frecuencias que puede alcanzar la voz más allá de la calidad y del volumen.
Suele decirse que un cantante de ópera debe contar con una tesitura de unas dos octavas, manteniendo el volumen, el vibrato y un timbre apropiado.
En este sentido hay que exponer que, en muchas ocasiones, suelen utilizarse los conceptos de tesitura de voz y extensión de voz como sinónimos y lo son. No lo son porque la citada extensión se refiere al conjunto de notas que cualquier persona puede emitir. Por el contrario, la tesitura es el concepto que se emplea para indicar el conjunto de sonidos que un individuo puede emitir con comodidad, sin necesidad de fatigarse y sin provocar que su laringe se pueda resentir.
Partiendo de todo esto, tenemos que subrayar que en base a la mencionada tesitura, las voces se pueden clasificar de la siguiente manera:
-En el caso de los hombres, las voces pueden ser de bajo, barítono y tenor.
-En el caso de las mujeres, las voces se clasifican en contralto, mezzosoprano y soprano. Esta última es la voz más aguda que existe dentro de lo que es el registro humano y en los coros y óperas suele ser la encargada de llevar la melodía.
No obstante, en lo que respecta a la voz soprano hay que exponer que dentro de la misma existen muchas tipologías: ligera, lírica, soubrette, dramática, de coloratura, de lírica spinto, falcon, sfogato…
