La Vía Lactea es la galaxia en la que se localiza el planeta Tierra. Los expertos creen que en ella se atesoran entre 200 mil millones y 400.000 millones de estrellas en un diámetro medio de 100 mil años luz.
La Vía Láctea (una expresión en latín que puede traducirse al español como «camino de leche» y que está relacionada al aspecto de la banda de luz que bordea al firmamento) es parte de un conjunto de galaxias identificado como Grupo Local, donde es la segunda más grande por detrás de Andrómeda.
Este mencionado grupo también está formado por la galaxia del Triángulo, los satélites de Andrómeda llamados M32 y M110, las Nubes de Magallanes que ejercen como satélites de la propia Vía Láctea, diversos satélites, nebulosas y otra serie de galaxias de tipo más pequeño.
Partes de la Vía Láctea
Es posible segmentar la Vía Láctea en tres sectores relevantes: el halo (exterior e interior), el disco (delgado, grueso y extremo) y el bulbo.
El halo galáctico es la estructura que engloba a la galaxia. Tiene una concentración de estrellas muy baja y alberga la mayor parte de los cúmulos globulares (agrupaciones muy antiguas de estrellas).
El disco es el sector de la galaxia que contiene mayor cantidad de gas y donde todavía se producen los procesos de formación estelar. En el disco de la Vía Láctea se localizan ocho brazos espirales.
El bulbo, también conocido como núcleo galáctico, se ubica en el área céntrica de la galaxia y presenta la mayor densidad de estrellas.
El origen mitológico
En diversas culturas existen leyendas e historias que plantean lo que es el origen y formación de esta citada Vía Láctea. Así, por ejemplo, en la mitología griega se establecen dos teorías acerca de dicho hecho.
La primera establece que esta galaxia se formó a raíz de un hecho que establece como protagonistas a Heracles, hijo ilegítimo de Ulises y que no se encontraba entre los dioses inmortales, y a Hera, la esposa de Ulises. En concreto, se establece que aquel vástago fue puesto en el seno de la diosa Hera mientras dormía para que se amamantara de ella y así pudiera tomar la leche que le diera categoría de deidad. Sin embargo, aquella se despertó y lo separó de manera violenta trayendo consigo que la leche se derramara y creara la citada Vía Láctea.
La segunda, por su parte, cuenta que fue la diosa de la sabiduría, Atenea, la que convenció a Hera para que diera el pecho a Heracles. Sin embargo, este succionó con tal fuerza que hirió a su «ama de cría» provocando al mismo tiempo que la leche se derramara y surgiera la galaxia que ahora nos ocupa.
Además de todo ello también tenemos que exponer que en España, por ejemplo, a aquella vía se la conoce de igual modo por el nombre de Camino de Santiago ya que era utilizada antiguamente por los peregrinos que realizaban dicha ruta para guiarse y llegar a su destino: la ciudad gallega de Santiago, donde descansa el apóstol del mismo nombre.
Vía Láctea y sistema solar
El sistema solar, dicen los expertos, es el nombre que identifica al grupo de planetas de la Vía Láctea donde se halla la Tierra. Este sistema se sitúa en el denominado Brazo de Orión y estaría a alrededor de 28.000 años luz de la zona céntrica de la mencionada vía láctea.
Cabe resaltar que el sol es la única estrella del sistema solar, compuesto además por ocho planetas (la Tierra, Marte, Venus, Mercurio, Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano) y otros cuerpos menores.