Vida silvestre es un concepto que hace referencia al conjunto de los animales, las plantas y los hongos que no han sido domesticados y que viven en un sitio sin que su introducción en él haya sido realizada por el ser humano. Por eso se asocia la noción a la vida salvaje en estado natural.
Es importante indicar que hay vida silvestre tanto en lugares con poca presencia de personas como en grandes ciudades. En el lenguaje coloquial, sin embargo, suele asociarse la idea a aquellos ejemplares que no tienen contacto con las personas.
Características de la vida silvestre
La vida silvestre se compone de los organismos que se hallan en su hábitat natural, desarrollándose en virtud de los procesos evolutivos. Estas especies no introducidas por el hombre en su lugar ni domesticadas no necesitan de la intervención humana para sobrevivir.
Sin embargo, la actividad antrópica influye de múltiples maneras en la vida silvestre. La sobreexplotación de los recursos naturales, la contaminación, la caza furtiva, la introducción de otras especies, el calentamiento global y la destrucción del hábitat son factores que atentan contra las plantas y los animales silvestres.
Estos daños a la flora y la fauna llevan a un deterioro de la biodiversidad, con efectos negativos para la humanidad. Por es habitual que se sanciones leyes de protección a la vida silvestre y que ONGs de conservación se involucren para atender la problemática.
Principales amenazas
La vida silvestre se enfrenta a múltiples amenazas. La explotación de los recursos naturales, que supone la utilización de los productos de la naturaleza en el sistema económico, es la más importante debido a su alcance extendido.
Es habitual que esa explotación se convierta en una sobreexplotación, dado que la naturaleza muchas veces no dispone de la capacidad reproductiva necesaria para la recuperación de las poblaciones afectadas. Las disminuciones poblacionales, en este marco, pueden derivar en una extinción.
La pesca excesiva es un ejemplo de esta sobreexplotación que perjudica a la vida silvestre. Cuando la capacidad de renovación del océano no alcanza a cubrir el ritmo de extracción de peces, las especies pueden desaparecer de una región o hasta extinguirse.
Las especies introducidas por el ser humano en una zona pueden transformarse en un problema para la vida silvestre, sobre todo cuando actúan como especies invasoras. En esos casos, generan una alteración en el ecosistema.
Si destruye un hábitat, la supervivencia de la vida silvestre está en riesgo. La urbanización, la deforestación y la agricultura causan esta situación, que asimismo puede producirse por el cambio climático.
Hay mencionar que, si desaparece una especie, se crea un efecto dominó que incide en toda la vida silvestre debido a las cadenas alimenticias. Un mamífero que deja de existir en un área puede hacer que también desaparezca un ave, por mencionar una posibilidad, lo que a su vez multiplica las poblaciones de insectos y reptiles.
La caza furtiva es otra amenaza de la vida silvestre. Un ejemplo es el rinoceronte negro, cuya población llegó a caer en un 96% en poco más de dos décadas (1970 a 1992) debido a la acción de cazadores.
En cuanto a la contaminación, enferma o mata a los seres vivos de distintas maneras. El suelo contaminado impide el crecimiento de plantas, mientras que los animales pueden fallecer al inhalar contaminantes presentes en el aire.
Conservación de la vida silvestre
La conservación de la vida silvestre contempla múltiples medidas. La protección del hábitat supone la protección de todos los seres vivos que residen en él: por eso, la creación de áreas protegidas como reservas naturales y parques nacionales es una iniciativa que cuida la vida silvestre y la ecología en general.
Al controlar la tala de árboles en los bosques, se evita la deforestación y se vela por la vida silvestre. La restauración del hábitat a través de la regeneración forestal, en tanto, contribuye a la sostenibilidad.
Las especies en peligro de extinción, por otro lado, suelen ser eje de políticas especiales que apuntan a su conservación. Combatir el tráfico de especies categorizadas de esta manera resulta indispensable.
En algunos contextos, aunque parezca contradictorio, la matanza selectiva y organizada de ejemplares se constituye como una herramienta para resguardar la vida silvestre. Un gobierno puede decidir exterminar miles de animales de una especie invasora que pone en riesgo la existencia de las especies autóctonas de un hábitat.
El Día Mundial
El Día Mundial de la Vida Silvestre fue proclamado en 2013 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), celebrándose cada 3 de mayo. La finalidad de la jornada es concientizar acerca de los beneficios que las especies de animales y plantas silvestres aportan al planeta.
Así, se hace hincapié en la importancia de modificar la conducta humana para evitar la desaparición de especies y de perseguir los delitos que se cometen contra el medio ambiente. La ONU, además, invita a la población a aprender sobre las especies bajo amenaza y a compartir los conocimientos para trabajar en comunidad en pos de la conservación.