Una viuda es una mujer cuyo marido ha fallecido. El término procede de vidŭus, un vocablo latino. La persona en cuestión mantendrá el estado de viudez hasta que vuelva a tener cónyuge y su estado civil se modifique nuevamente.
Por ejemplo: “Quedé viuda a los 36 años y nunca más volví a estar en pareja”, “La viuda del escritor anunció que demandará a la editorial”, “Por culpa de la guerra, miles de mujeres quedaron viudas”.
Las viudas a lo largo de la historia
A lo largo de la historia, las viudas formaron un grupo social con diversas necesidades y realidades. Durante muchos años, la viudez constituyó un problema social ya que los hombres solían ser los encargados de proveer el sustento a la familia. De este modo, cuando el hombre fallecía, la mujer quedaba desamparada y requería de la solidaridad para subsistir. Por otro lado, en algunos casos las mujeres conseguían continuar con los negocios familiares, o bien emprender nuevos.
Con el tiempo, se hizo habitual que las mujeres también desarrollen sus propias actividades laborales o productivas. Por lo tanto, si quedaban viudas, podían mantenerse ya que no necesitaban el aporte material del marido.
Superar el duelo
Más allá de los cambios sociales, aún se mantienen ciertas tradiciones y ritos respecto a las viudas. Es habitual que la mujer mantenga el luto durante un tiempo, vistiendo de negro para reflejar su dolor. Tras un cierto periodo, socialmente se acepta que la persona abandone el luto e incluso que contraiga matrimonio en segundas nupcias. La viuda, de esta manera, puede rehacer su vida y formar una nueva familia.
Aunque este término pueda usarse con mucha facilidad para etiquetar a una mujer que ha perdido a su otra mitad, tanto desde un punto de vista administrativo como para reconocerla en un grupo social, solo quienes han atravesado una desgracia como esta pueden comprender el dolor y la desesperación que acarrea. En un matrimonio deseado y feliz, alimentado día a día con la dedicación y el deseo de acercarse cada vez más al otro, se forma un vínculo como pocos, una unión que en muchos casos vuelve difícil distinguir a cada una de las partes; por eso, cuando la muerte rompe un lazo tan fuerte, muchas personas no logran seguir adelante.
Araña viuda negra
Se conoce con el nombre de viuda negra a los ejemplares que forman parte del género de araña araneomorfa, el cual a su vez pertenece a la familia Theridiidae, donde se han descubierto más de treinta especies diferentes. La razón de tan particular apodo se debe a que los científicos han observado que las hembras de algunas de estas especies se comen al macho una vez que ha tenido lugar el apareamiento.
Dentro del género de araña araneomorfa, la viuda negra es probablemente el miembro más popular, dado que este nombre ha dado lugar a muchas analogías en tono cómico e incluso se ha convertido en el título de varias obras, como libros, espectáculos teatrales, películas y canciones.
Con respecto a la picadura de la viuda negra, tampoco debe tomarse a la ligera, ya que poseen neurotoxinas latrotoxinas, las causantes del trastorno conocido como latrodectismo, y esto la vuelve muy peligrosa. Si bien el cuadro de latrodectismo puede no ser aparente de forma inmediata, tras unas horas los síntomas pueden llegar a ser verdaderamente insoportables, y cerca del 4% de los sujetos pierden la vida.
Veamos algunas de las consecuencias de esta mordedura letal: dolor intenso en todo el cuerpo, ardor en los pies, espasmos musculares, calambres, rigidez del abdomen, retención urinaria, cefaleas, vómitos y ansiedad. Como si esto fuera poco, algunos de los síntomas pueden llevar a diagnósticos erróneos: la rigidez abdominal, por ejemplo, puede conducir a una apendicectomía innecesaria.