Vivaz es un adjetivo que puede hacer referencia a aquel o aquello que tiene energía, vigor o fortaleza. El término tiene origen en el vocablo latino vivax.
Por ejemplo: “La madre, agotada, se sentó en el banco mientras su vivaz hija seguía corriendo y saltando”, “Después de un mes en el hospital, al escritor se lo vio sonriente y vivaz en el cumpleaños de su editor”, “Tenemos una ciudad vivaz y pujante que no para de crecer”.
Distintos usos del término vivaz
Resulta muy interesante observar los diferentes matices que puede adquirir este término según la edad y la especie del individuo. Por ejemplo, cuando se habla de un niño vivaz, simplemente se hace alusión a una característica normal y esperable en un ser humano joven, ya que solemos tener mucha energía durante los primeros años de nuestra vida, y la exteriorizamos a través de una excesiva actividad física, como jugando con otros niños, gritando y corriendo sin razones aparentes; sin embargo, al decir que un anciano es vivaz, el concepto parece cobrar un tono «generoso», como si quisiéramos fingir durante unos segundos que no representa su edad o que sigue siendo un niño.
De modo similar, si un enfermo terminal reacciona positivamente a un tratamiento particular y atraviesa unos días de buen ánimo y más actividad de lo normal, podemos decir que lo vemos bastante vivaz, aunque su aspecto diste del observado en un niño sano y rebosante de energía. Una vez más, da la sensación de que utilizáramos la palabra vivaz con una cierta generosidad, como si se tratara de una mentira piadosa.
Otras acepciones
Retomando el significado que solemos darle más a menudo, es posible hablar de un animal vivaz para hacer referencia a aquel que parece no disfrutar del descanso, que necesita estar en constante movimiento, ya sea corriendo, trepando o jugando. Así como en el caso de los humanos, esta actitud es típica de los animales más jóvenes, aunque siempre hay excepciones.
Del otro lado de un ser vivaz, puede haber uno poco activo, a quien tanta energía le resulte molesta o exasperante, por lo cual el término vivaz puede cobrar un matiz negativo, sobre todo si lo precede el adverbio «demasiado».
En el diccionario de la Real Academia Española se presentan diversas acepciones a la palabra vivaz, y una de ellas es «agudo, oportuno, gracioso, perspicaz o ingenioso». Si nos encontramos ante una persona de una gran capacidad para aprender conceptos nuevos, o para comprender comentarios con doble sentido y responder con otros que continúen el tono de la conversación, podemos decir que se trata de alguien vivaz, haciendo alusión a la fluidez y la eficiencia con las que trabaja su cerebro.
La idea de vivaz también puede aludir a quien posee vivacidad, perspicacia, ingenio y chispa: “El joven cantante se mostró vivaz y ocurrente en la conferencia de prensa que dio al llegar al país”, “Es un libro vivaz, que sorprende al lector en cada página”, “Con un presidente tan vivaz e inteligente, creo que el éxito de esta empresa está asegurado”.
Planta vivaz
En el terreno de la botánica, se define como planta vivaz a aquella que vive al menos dos años y que, llegado el invierno, pierde sus hojas y tallos. De este modo, se asemeja a la planta perenne, aunque ésta no se marchita en ningún momento ni sufre la pérdida de sus órganos aéreos.
Cuando comienza el periodo de bajas temperaturas, las hojas y los tallos de las plantas vivaces se secan, ya sea parcial o totalmente. Sus raíces, de todos modos, siguen con vida debajo de la tierra. Así, cuando el tiempo se vuelve propicio y las temperaturas se incrementan, reaparecen los brotes.
La Astilbe arendsii, la Paeonia officinalis y la Delphinium fissum son ejemplos de plantas vivaces.