Se califica como zoomorfo a aquello que presenta aspecto de animal. El término procede de zōómorphos, un vocablo de la lengua griega.
Forma de animal
Algo zoomorfo, por lo tanto, cuenta con una forma que remite a alguna especie de la fauna. Las esculturas zoomorfas, por ejemplo, eran comunes en diferentes culturas de la Antigüedad.
Se han hallado figuras religiosas, amuletos y otros objetos con características zoomorfas en diversas regiones del mundo. En numerosos museos, de hecho, se conservan piezas escultóricas de tipo zoomorfo.
Ciénaga y Edad del Hierro II
El Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina, por mencionar un caso, cobija varias esculturas zoomorfas de la época precolombina. Entre ellas hay elementos atribuidos a la llamada cultura de la Ciénaga, que se desarrolló en el noroeste argentino en los primeros siglos de nuestra era.
En zonas de la Península Ibérica también se hallaron manifestaciones zoomorfas hechas en piedra. Los expertos reconocieron creaciones que recuerdan a jabalíes, cerdos y toros, cuyos orígenes se remontarían a la Segunda Edad del Hierro.
Con respecto a la cultura de la Ciénaga, se desarrolló en suelo argentino, entre la provincia de San Juan y los Valles Calchaquíes, aunque sobre todo en el Valle de Hualfín, donde se hallaron muchos de sus cementerio. Dado que surgieron en el siglo I y su presencia se extendió hasta el siglo V, esta cultura forma parte del denominado Período Formativo inferior, el cual terminó a comienzos del siglo VIII. Por esta misma razón, coexistió en parte con la cultura Condorhuasi, que habitó el mismo valle.
La Segunda Edad del Hierro surgió como consecuencia inevitable de la desaparición de las sociedades de la anterior, que dio lugar al nacimiento de nuevos conocimientos que impactaron considerablemente en las costumbres y la forma de vida.
Diferentes ámbitos
Es importante mencionar que hay productos zoomorfos ideados con distintos fines y utilidades. Existen vasos zoomorfos, vasijas zoomorfas, botellones zoomorfos y otras clases de recipientes zoomorfos que fueron empleados por sus creadores.
La arquitectura zoomorfa, en tanto, se caracteriza por tomar a los animales como inspiración a la hora del desarrollo de un diseño arquitectónico. Se dice que los incas idearon Cuzco (o Cusco), la capital de su imperio, con forma de puma.
Mucho más cerca en el tiempo, el español Santiago Calatrava tomó como base las alas de un pájaro para la construcción de un nuevo pabellón del Museo de Arte de Milwaukee, en Estados Unidos. Este edificio zoomorfo fue inaugurado en 2001.
En la ficción contemporánea
Los personajes zoomorfos son bastante comunes en la ficción, sobre todo en la infantil, aunque no tanto como la antropomorfa. Este último adjetivo denota un la apariencia o la forma de ser humano en un individuo de otra especie o en un objeto. Si bien las personas zoomorfas no abundan en las historias, esta alteración en el aspecto y su respectiva atribución de rasgos de comportamiento es muy usada para los robots.
Tenemos ejemplos relativamente antiguos, como la serie de dibujos animados y muñecos coleccionables Transformers, que surgió en el año 1982, pero también modernos, como la película animada de Pixar Lightyear, donde encontramos un robot con forma de gato llamado Sox.
Para los niños, la presencia de personajes zoomorfos es útil porque permite a los creadores contarles historias relativamente complejas por medio de imágenes que relacionen fácilmente con elementos conocidos. Por ejemplo, en lugar de presentarles un robot o un objeto que ha cobrado vida directamente, pueden darles un aspecto de animal para que a simple vista los relacionen con un ser vivo, y una vez establecido el lazo puedan acercarse poco a poco para conocerlos mejor.