Abollar es una acción que consiste en causar el hundimiento de una cierta superficie a través de la presión o de golpes. Por ejemplo: “Te prestaré mi automóvil, pero conduce con precaución: si lo llegas a abollar, tendrás un gran problema”, “Después de abollar la puerta de una trompada, el cantante salió furioso del hotel”, “Si sigues golpeando así la lata, se va a abollar”.
La idea de abollar suele aparecer vinculada a los vehículos. La carrocería de los automóviles y de las camionetas es metálica en su mayor parte. Por eso, cuando un vehículo protagoniza un choque, es probable que la carrocería se abolle. Abollar un coche no solo supone un problema estético: también reduce su valor. Un automóvil que está abollado tiene un valor inferior a otro que, con similares características mecánicas y técnicas, presenta la carrocería impecable.
En general, todos los objetos metálicos se pueden abollar. En cambio, los elementos de madera o de piedra, por citar dos posibilidades, no se abollan ya que, ante un impacto, se quiebran o se fracturan. El resultado de abollar se conoce como abolladura: “A la camioneta le quedó una abolladura en la puerta delantera derecha después del choque”.
Cómo actuar luego de abollar el coche
Dado que el mantenimiento de un coche suele generar un impacto económico considerable incluso durante las temporadas en las que no se presenta ningún problema, los usuarios más perspicaces han desarrollado diversas técnicas para tratar y corregir abolladuras sin necesidad de contratar los servicios de un especialista.
Uno de los métodos caseros para reparar abolladuras pequeñas o medianas en la carrocería de un coche se puede llevar a cabo con los siguientes cuatro elementos, la mayoría de los cuales se encuentran a menudo en el hogar:
- Guantes de goma o látex bien gruesos. En su defecto, quienes deseen invertir un poco más de dinero pueden optar por guantes industriales, como los utilizados en trabajos que requieren la manipulación de objetos cortantes o sustancias peligrosas para la salud.
- Hielo seco, el cual también se conoce como nieve carbónica. Es importante aclarar que se trata de dióxido de carbono, y no de agua. En la naturaleza se presenta en estado gaseoso, y por eso no deja un residuo húmedo cuando se sublima.
- Papel de aluminio, algo que muchas personas utilizan en la cocina para envolver los alimentos que se llevan al horno, por ejemplo, para que la cocción sea más pareja o más intensa.
- Un secador de cabello que permita regular la temperatura.
Habiendo reunido dichos elementos, es posible proceder a reparar la abolladura del coche. En primer lugar debemos calentar la zona afectada con el secador de pelo, tomando el recaudo de no acercarlo más de 13 centímetros, siempre a temperatura media. Es importante no sobrecalentar la pintura.
El segundo paso consiste en cubrir la abolladura con papel de aluminio, gracias a lo cual evitaremos que se escape el calor y protegeremos la pintura de la acción del hielo seco.
Con ayuda de los guantes, debemos tomar el hielo seco y colocarlo sobre el papel de aluminio y frotarlo suavemente para que el cambio brusco de temperatura provoque la contracción de la superficie. Una vez que la zona abollada se aplane, se oirá un ruido metálico, momento en el cual podremos retirar el papel y desecharlo adecuadamente.
Otras acepciones
La Real Academia Española (RAE) también menciona que abollar es el proceso que se lleva a cabo cuando se ornamenta algo con bolas o adornos esféricos.
Cabe destacar, por último, que aboyar (con Y en lugar de LL) es un concepto que se vincula a colocar boyas (objetos flotantes que se instalan en el agua a modo de señal).