Acampar es un verbo que hace mención a aquello que realiza una persona cuando interrumpe su marcha y se establece de modo temporal en un sitio despoblado, por lo general pernoctando en una carpa (tienda) o en un refugio improvisado. El término procede de la lengua italiana.
Por ejemplo: “Sigamos caminando hasta encontrar un lugar apropiado para acampar”, “¡Estoy muy feliz! Mi tío me prometió que en el verano vamos a acampar en el bosque”, “Señor, en este lugar está prohibido acampar: le ruego que junte sus cosas y se retire del predio”.
Acampar como actividad recreativa
El acto y el resultado de acampar se conocen como campamento o acampada. Se trata de una actividad que puede tener múltiples objetivos, aunque siempre consiste en la instalación de una vivienda temporal.
Por lo general, la gente decide acampar con fines recreativos. Con esta intención, suele desplazarse hacia un lugar que le permita estar en contacto con la naturaleza, alejado de la ciudad. Existe, sin embargo, la posibilidad de que un turista acampe en una zona urbana habilitada para tal fin, ya que acampar le resulta más económico que pagar alojamiento en un hotel.
Cuando el campamento se establece en medio de la naturaleza, sin ningún contacto con las comodidades asociadas a la vida en la ciudad, tales como la provisión de agua potable y energía eléctrica, la experiencia puede ser verdaderamente reveladora, ya que nos acerca a nuestras raíces. Sin embargo, debe existir un proceso de adaptación al medio y para ello es esencial contar con los elementos adecuados para subsistir lejos de la civilización.
Artículos imprescindibles
Antes de disponernos a preparar la mochila de campamento es necesario distinguir entre las cosas que debe llevar un adulto y las que se recomiendan para un niño, aunque muchas de ellas son adecuadas en cualquier caso.
Algo que no puede faltar en ninguna acampada es un botiquín de primeros auxilios. En medio de la naturaleza, especialmente si vamos a acampar con la intención de realizar caminatas, nadar y escalar, es probable que suframos resbalones, caídas y cortes. Independientemente de la gravedad de la herida, es importante contar con los elementos necesarios para desinfectarla y frenar el sangrado.
Otro de los artículos esenciales para acampar con éxito es la linterna, y se recomienda llevar más de una, tanto de las que funcionan con pilas como de las que se recargan manualmente. Las lámparas tampoco están de más, ya que pueden colgarse de la tienda para alumbrar cómodamente las últimas horas del día.
Las cuerdas pueden resultar muy útiles para la construcción improvisada de pequeñas estructuras, o bien para proteger las tiendas del viento, entre otras muchas posibilidades. Uno de los consejos más frecuentes es acampar cerca de los árboles, para aprovechar su firmeza y la sombra que brindan en las horas de más calor.
El complemento ideal de las cuerdas es una navaja multiuso, que puede servir en un gran número de situaciones. Sin embargo, éste es uno de esos artículos que no se deben incluir en la mochila de un niño, por evidentes razones. Esto no quita, por otro lado, que en los grupos de formación de exploradores se instruya a los estudiantes acerca de la manipulación de la navaja.
Acampar para sobrevivir o protestar
Acampar, en otros casos, es una acción necesaria de supervivencia (si un individuo se pierde en una montaña o si es desplazado de su casa por un conflicto bélico, por citar dos posibilidades).
También puede tratarse de una protesta (un acampe frente a la casa de gobierno para exigir la solución de un determinado problema o en la puerta de una empresa que despidió a sus trabajadores sin causa y sin pagarles indemnización).