Adhesivo es un adjetivo que califica a aquello que tiene la capacidad de fijarse a algo. El término de nuestra lengua procede de adhaesum, término latino que a su vez deriva de adhaerĕo
Este último vocablo puede traducirse como “capaz de pegarse” y es fruto de la suma de tres componentes claramente delimitados:
- El prefijo ad-, que significa “hacia”.
- El verbo haerere, que es equivalente a “pegar”.
- El sufijo -ivo, que se utiliza para indicar una relación pasiva o activa.
Por ejemplo: “Voy a sujetar los cables con cinta adhesiva así no se mueven”, “Mi mamá me regaló un anotador con papel adhesivo”, “Revolviendo el baúl, el joven encontró un libro remendado con tela adhesiva”.
Adhesivo como sustantivo
El concepto también se utiliza como sustantivo para nombrar al material que, cuando es colocado entre dos elementos, los adhiere entre sí, pegándolos: “Utilizamos un adhesivo industrial para pegar las suelas de nuestros botines”, “Necesito un adhesivo para fijar el cartel en la puerta”, “Las piedras decorativas las pegué con un adhesivo transparente”.
Los adhesivos, por lo tanto, consiguen que dos cuerpos queden unidos a través de un contacto superficial. La adherencia puede deberse a distintas causas, desde motivos mecánicos hasta cuestiones magnéticas.
Distintos tipos
Es posible encontrar adhesivos en distintas presentaciones. Los adhesivos líquidos cumplen su función cuando se secan y la unión que establecen se vuelve más resistente. Un ejemplo de adhesivo líquido es la tradicional cola de color blanco.
No obstante, dentro del grupo de los adhesivos líquidos nos encontramos con otros muchos como pueden ser, por ejemplo, los de caucho natural, los de silicona y los de tipo acrílico.
Entre los adhesivos sólidos, los más populares son las barras que permiten pegar papel o cartón, desplazándolas sobre la superficie que se pretende unir. También hay adhesivos sólidos en polvo.
Respecto a su origen, los adhesivos pueden proceder de fuentes animales (como la cola creada a partir de huesos o piel) o vegetales (existen adhesivos hechos con maíz y con papa o patata). También pueden desarrollarse de modo sintético (a partir de petróleo, por citar una posibilidad).
Otras clases de adhesivos
Además de clasificarlos por su origen o por su formato, no podemos pasar por alto que se puede acometer esa labor en base a otra serie de criterios. Así, por ejemplo, se puede tener en consideración lo que es su curado, lo que nos llevaría a encontrar cuatro grandes grupos de adhesivos:
- Los que son sensibles a la presión.
- Los que son adhesivos por evaporación o difusión.
- Los químicamente reactivos.
- Los de fusión por calor, como los elastómeros.
Si, por otro lado, los clasificamos en función del uso que se les va a dar, nos topamos con tres grandes grupos:
- Los adhesivos de uso infantil o doméstico.
- Los industriales. Dentro de esta categoría podemos encontrarnos desde los que se emplean para el etiquetado de botellas hasta los que se utilizan para realizar encuadernaciones de libros pasando por los que son usados para fabricar muebles de diversa índole.
- Los adhesivos profesionales, que son los que usan distintos trabajadores para llevar a cabo el pegado de piezas o elementos con los que realizan sus tareas.