Un alcázar es una estructura fortificada o la vivienda de un príncipe. El término de nuestra lengua procede de un vocablo del árabe hispánico, a su vez derivado del árabe clásico y con origen más lejano en el latín castra (que puede traducirse como “campamento”), según detalla el diccionario de la Real Academia Española (RAE),
En España, es habitual que se llame alcázar a aquellos palacios de la época musulmana que luego los monarcas cristianos se encargaron de reconstruir o modificar. En los extremos de los alcázares solían construirse alcazabas, espacios que servían para albergar una guarnición.
Los Reales Alcázares de Sevilla
Los Reales Alcázares de Sevilla constituyen uno de los ejemplos más sobresalientes de alcázares. Se trata de una serie de construcciones que empezaron a levantarse en la Alta Edad Media y que están protegidas por una muralla.
Su construcción se inició con un estilo islámico y luego fue adquiriendo otras formas, sobre todo a partir del dominio castellano. Desde 1987, los Reales Alcázares de Sevilla forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Otras edificaciones
El Alcázar de Segovia, levantado en un cerro, se erigió sobre los restos de una fortificación romana. Su construcción empezó en el siglo XII y sirvió de residencia para diferentes reyes. Hoy alberga un museo que abre sus puertas casi todos los días del año.
Córdoba, Guadalajara y Toledo son otras ciudades españolas que cuentan con alcázares. En la primera de ellas encontramos el Alcázar de los Reyes Cristianos, cuya construcción tuvo lugar en en la primera mitad del siglo XIV y se llevó a cabo en una zona donde había vestigios de edificios anteriores, dado que desde la época romana había quedado un espacio cerrado con restos de varias construcciones.
En un principio, el Alcázar de Córdoba fue el sitio en el cual los Reyes Católicos dirigieron la conquista del Reino de Granada. Más adelante fue el espacio en el cual operó el Tribunal de la Inquisición.
El Alcázar de Guadalajara, por su parte, data del siglo IX y es de origen andalusí. Este término hace alusión al territorio conocido como al-Ándalus, ubicado en la península ibérica y la región occidental de Galia Narbonense, una provincia del Imperio Romano; el mismo estuvo sometido al poder musulmán desde 711 hasta 1492.
Con el correr de las décadas y los siglos, este alcázar ha tenido diferentes funciones, ya que en un primer momento era una fortificación desde la cual debía proteger la ciudad, pero ha pasado a ser un palacio real, una fábrica de telares e incluso un cuartel militar. Se ubica en el barranco del Alamín y se extiende a lo largo y ancho de una hectárea. Al llegar a la ciudad, puede apreciarse que esta construcción la separa del barrio artesano de la Acallería.
Durante la Edad Contemporánea, nombre que se utiliza para designar al período de la historia que se ubica entre la Revolución francesa o la Declaración de Independencia de Estados Unidos y el presente, el Alcázar de Toledo sirvió para la organización de una academia militar.
El coronel José Moscardó Ituarte, del bando sublevado de la Guerra Civil Española (es decir, de una de las tantas organizaciones que combatieron contra la Segunda República a través del golpe de Estado), tomó este edificio y logró mantenerlo, incluso después de que las milicias de la República le advirtieran que si no abandonaba el sitio su hijo sería asesinado.
Alcázares más allá de España
Más allá de la superficie española, se destaca el Castillo de Chapultepec en la Ciudad de México.
Dicho edificio, construido en la época del Virreinato de la Nueva España, fue el único Castillo Real ubicado en el continente americano. En tiempos de Maximiliano I de México, funcionó como alcázar.