Alimentos procesados son aquellos comestibles que fueron sometidos a transformaciones, tratamientos o procesos que alteraron su esencia original sin llegar a dejarlos irreconocibles. El procesamiento, por lo general, sirve para demorar o frenar la degradación natural y así extender la vida útil de los alimentos, así como para resaltar, acentuar o cambiar alguna cualidad.
Todo consumidor tiene derecho a saber qué clases de productos alimenticios le ofrece el mercado y qué diferencias existen entre la comida natural, la procesada y la ultraprocesada. Si bien cada organismo posee necesidades nutricionales específicas, siempre es preferible tener hábitos alimenticios saludables y, en ese marco, una dieta equilibrada y nutritiva. Para ello es imprescindible educar desde edad temprana en relación a qué y cómo comer para gozar de buena salud.
Existe a escala internacional una tendencia que apunta a priorizar una alimentación lo más natural y sostenible posible. Mucha gente, además, está profundizando sus conocimientos acerca de los beneficios y los daños que provoca cada preparación apta para consumo humano a fin de seleccionar opciones que permitan comer de manera segura y con mínimos riesgos para la salud tanto a corto como a mediano y largo plazo. Afortunadamente, la conciencia social en materia de nutrición va en aumento y crece el número de personas que controla la información nutricional y no ignora las etiquetas de advertencia antes de decidir una compra.
Características de los alimentos procesados
Una vez que se comprende qué abarca el concepto de alimento procesado es posible centrar la atención en las características que generan diferencias entre éste y los productos clasificados de otro modo.
Son mínimamente procesados, dice la teoría, aquellos comestibles a los cuales no se les añaden aceites, azúcares ni sal. Quizás se los ha fraccionado, secado, triturado o, simplemente, se les quitaron fragmentos que no se comen. La pasteurización (clave para eliminar bacterias patógenas) y el envasado al vacío (ideal para dilatar la fecha de vencimiento y mantener por más tiempo el sabor y el aroma) son algunas de las acciones más frecuentes.
Se califica como procesado/a a comestibles preparados con un par de ingredientes que sufrieron algún tipo complejo de preparación, transformación o método de conservación. Con ellos se obtiene seguridad alimenticia y se evitan grandes desperdicios o pérdidas.
Es sumamente importante saber, y tener en cuenta, que son los llamados alimentos ultraprocesados los más perjudiciales para la salud. En resumen, es la mercadería elaborada a nivel industrial que suele comercializarse en paquetes y se ofrece ya sea lista para ingerir directamente o para ser calentada. Los conservantes, los colorantes artificiales, los potenciadores de sabor, los estabilizadores, los emulsionantes y otros aditivos alimentarios están presentes en este conjunto que atenta contra el bienestar de los consumidores al aportarles cantidades excesivas de sodio, grasas, etc. Caramelos, alfajores, helados, prefritos de pollo, salchichas, hamburguesas, gaseosas y cada uno de los alimentos con alto contenido de sodio y/o azúcar se enmarcan en este grupo.
Novedades y tendencias
Las investigaciones en torno a las bondades y a las desventajas de los productos comestibles son incesantes y reveladoras, sumado a que el aprovechamiento de la tecnología en favor de la alimentación humana también está revolucionando constantemente a la industria alimentaria.
La búsqueda de la sostenibilidad, por un lado, está impulsando cambios en empresas y en usuarios comprometidos con el respeto y la preservación de los recursos naturales. Esto se traduce en una paulatina modificación de sistemas y conductas que evidencian una mayor consideración o preocupación por el impacto ambiental de la producción de alimentos.
Hay expertos en cuestiones científicas, asimismo, que entienden apropiado no demonizar a los alimentos procesados señalándolos como los mayores responsables de la multiplicación de casos de obesidad en el planeta. Para ese grupo de especialistas, es esencial abastecer al mercado de productos procesados accesibles, nutritivos, seguros y sustentables.
Ejemplos de alimentos procesados
Son múltiples, y muy fáciles de hallar en góndolas de supermercados y dietéticas, los alimentos procesados.
Así ocurre, por indicar alternativas muy consumidas internacionalmente, con las ensaladas que se venden embolsadas y las verduras o frutas previamente lavadas y distribuidas en bandejas. Las mezclas de especias, los frutos secos tostados y los vegetales cortados y congelados también son procesados que pueden enriquecer la dieta sin prácticamente ocasionar inconvenientes.
Conviene evitar, en tanto, la comida rápida por pertenecer a la franja de los ultraprocesados y, por lo tanto, aumentar las chances de desarrollar o agravar enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a la inmensa cantidad de calorías, grasas y sodio que le aportan al cuerpo. Tampoco se aconseja el consumo cotidiano de pan industrial, papas fritas, bebidas azucaradas, galletas industriales, embutidos y snacks empaquetados por no contribuir a una dieta sana y balanceada.
Entre los alimentos procesados que han alcanzado aprobación colectiva, en cambio, figuran la soja texturizada, el yogur natural sin añadidos y el pescado despinado y sin piel. Siempre leyendo las etiquetas y la información sobre valores nutricionales e ingredientes, se aceptan además a las salsas de tomate y el chocolate con un alto porcentaje de cacao.
Palabra de experto
Graduado en Nutrición Humana y Dietética en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Saúl Sánchez es un destacado nutricionista español. Cuenta con un Máster en Condicionantes Genéticos, Ambientales y Nutricionales del Desarrollo y el Crecimiento (USC) y además completó el Curso de Experto Universitario en Nutrición Deportiva en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Asimismo, durante tres temporadas, fue nutricionista del primer equipo del R.C. Deportivo de La Coruña.
Consultamos a este especialista sobre cómo afecta a la salud el consumo de alimentos procesados y qué desventajas presentan estos productos frente a la comida natural:
A corto plazo no tiene un impacto demasiado elevado, pero con el paso de los años el nivel de inflamación en el organismo aumenta, dificultando procesos fisiológicos clave para mantener un buen estado de salud. De este modo el envejecimiento se acelera al tiempo que empeora la función inmune. El impacto es tanto físico como psicológico, con peor tolerancia al ejercicio y una mayor predisposición a los problemas de salud mental. Desde luego este tipo de alimentos tienen una densidad nutricional mucho menor que los frescos de buena calidad que sí deberían estar presentes en la dieta, por lo que si aparecen con frecuencia en la pauta y en sustitución de los productos frescos es más probable que se llegue a desarrollar un déficit de micronutrientes esenciales.
Saúl Sánchez