Ambulatorio es un adjetivo que está vinculado a lo perteneciente o relativo a la práctica de andar. El uso más común del término tiene su aplicación en el ámbito de la medicina y la salud, para nombrar al tratamiento o a la enfermedad que no obligan a estar en cama (y que, por lo tanto, permite que el paciente siga andando).
Un paciente ambulatorio es aquel que debe acudir regularmente a un centro de salud por razones de diagnóstico o tratamiento pero que no necesita pasar la noche allí (es decir, no queda internado). Por esta razón, también se conoce al paciente ambulatorio como diurno o de día.
Tratamiento ambulatorio
En un sentido similar, el tratamiento ambulatorio no requiere de internación. El paciente puede acudir al centro de salud, llevar a cabo la sesión correspondiente del tratamiento, y regresar a su hogar. Otra opción es que el médico acuda a su domicilio para efectuar los chequeos necesarios, lo cual tiene lugar solo en la medicina privada o en casos muy particulares.
Una de las ventajas de los tratamientos ambulatorios es que no exigen a los pacientes un cambio de entorno, lo cual les permite continuar con el normal cumplimiento de sus actividades laborales, académicas y sociales. A pesar de que no todos los trastornos pueden superarse de este modo, los centros médicos suelen evitar la internación siempre que sea posible.
Cabe mencionar que en España el término ambulatorio representa un policlínico que cubre diversas especialidades médicas, así como la atención de médicos generales.
El oxígeno ambulatorio consiste en la administración de oxígeno en el hogar a pacientes que sufren insuficiencia respiratoria crónica y se encuentran en una condición estable. La terapia respiratoria de este tipo no implica la hospitalización, sino que se desarrolla en el domicilio del paciente.
La venta callejera
El comercio ambulatorio, por su parte, es la actividad comercial que tiene lugar en las calles. Está asociado a la economía informal ya que en muchos casos se trata de empresas que no están inscritas en ningún tipo de registro, no pagan impuestos y no ofrecen garantías sobre sus productos. Sin embargo, en algunos países no se permite la realización de ninguna actividad comercial en la vía pública sin la correspondiente autorización de la municipalidad.
Dado que los puestos ambulantes no suelen encontrarse ligados a ningún punto geográfico en particular, muchos comerciantes recorren ciudades enteras con sus productos, generalmente organizados de forma tal que la gente de cada barrio sepa qué día de la semana pasarán cerca de sus casas. Las causas de su naturaleza ambulatoria pueden ser varias, y no siempre residen en cuestiones legales relacionadas con la actividad que realizan o los artículos que ofrecen.
El comercio ambulatorio como necesidad y como tradición
La desesperante situación económica que deben enfrentar personas de todo el mundo tiene más finales tristes que felices: no todos logran superar la cuesta abajo y acceder a vidas estables. Perder un puesto de trabajo de la noche a la mañana puede ser fulminante para alguien que se apoyaba en su salario para pagar una hipoteca y para mantener a una familia; cuando, por diversas razones, no consigue compensar la pérdida, montar una tienda ambulante puede ser una alternativa adecuada.
Sin embargo, los despidos inesperados son tan solo uno de los orígenes de estos emprendimientos; es muy común que un puesto ambulante se herede de generación en generación, sobre todo en países en los cuales se aprecian mucho a nivel cultural. Los mercadillos son puntos en los que convergen diversas tiendas durante unos días, o bien un día a la semana o al mes; entre los productos que se pueden comprar en sus puestos se encuentran alimentos frescos, ropa, libros y música de segunda mano y artesanías.