Un andamiaje es una serie de andamios. Un andamio, por otra parte, es una estructura que se compone de tablas dispuestas en sentido horizontal para que una persona pueda subirse a ella y realizar un trabajo en altura o tener mejor visión de algo.
La palabra andamio tiene su origen etimológico en el latín, surgiendo por la suma del verbo ambulare (que puede traducirse como “andar”) y del sufijo -amio (que se utiliza para indicar un superlativo).
Por ejemplo: “El gobierno ya instaló el andamiaje para la restauración del viejo convento”, “Mañana traerán el andamiaje que permitirá pintar la fachada de la municipalidad”, “Si recorres el andamiaje, notarás que el escenario puede verse desde cualquier rincón”.
Andamiaje en sentido simbólico
La idea de andamiaje también se emplea de modo simbólico respecto al entramado o el armazón que sostiene o que configura algo. Dicho entramado no es físico, sino que se forma por diversas relaciones, conceptos, discursos, acciones, etc.
Supongamos que un dirigente político afirma que su país necesita un “mejor andamiaje institucional”. En este caso, la expresión hace referencia a la necesidad de contar con instituciones más fuertes y eficaces que ayuden a proteger los derechos de los ciudadanos y a garantizar la calidad de la democracia.
Un abogado, por otra parte, puede analizar el “andamiaje legal” para lograr que una empresa pague la menor cantidad posible de impuestos sin incurrir en ningún delito. Para esto el especialista debe estudiar los regimenes fiscales, determinar qué deducciones pueden realizarse y descubrir qué beneficios impositivos resultan accesibles para la compañía de acuerdo sus características.
El andamiaje de un equipo deportivo, en tanto, se vincula al funcionamiento del conjunto de acuerdo a sus jugadores y a la táctica dispuesta por el entrenador: “El FC Barcelona desarrolló un andamiaje perfecto en la época de Pep Guardiola”.
El concepto en la educación
De la misma manera, no podemos pasar por alto la existencia del concepto de andamiaje educativo. Con este término se hace alusión al proceso mediante el cual se analizan cuáles son los elementos que están lejos de las capacidades del alumno para centrarse en aquellos que sí posee, a los que puede llegar sin dificultad. Es decir, se trata de reforzar sus habilidades para mejorar su autoestima y dejar de lado la frustración.
Se indica, en este marco, que el profesor debe ir otorgándole herramientas para que pueda avanzar en su aprendizaje, tanto en los aspectos que el alumno controla como en los que no. De ahí que le dé apoyo, le ofrezca recursos… Así, poco a poco, irá mejorando en numerosos aspectos y eso supondrá que cuando vaya siendo capaz por sí solo de afrontar determinadas acciones, el profesor ya le irá retirando su ayuda. Se trata, por tanto, de que el estudiante vaya logrando autonomía y capacidad para hacerle frente a los retos por sí solo.
De esta manera, lo que se va a conseguir es que el alumno vaya desarrollando todo su potencial. De ahí que el andamiaje educativo se considere muy útil también en la enseñanza que los padres dan a sus hijos.