El androcentrismo arrebata a la mujer sus méritos y se los adjudica al hombre.
El androcentrismo es la postura que ubica al varón en el centro. Esto quiere decir que los vínculos sociales y la visión de la realidad se construyen según la perspectiva masculina.
TemasPrivilegio del hombre
El androcentrismo abarca diversas prácticas y condiciones que privilegian al hombre en detrimento de la mujer. De esta manera, el hombre es el sujeto de referencia a nivel histórico, social y cultural, mientras que la mujer resulta marginada o invisibilizada.
Es importante tener en cuenta que el androcentrismo va más allá de la actitud de los individuos. Se trata de una posición que aparece en las instituciones de la sociedad e incluso en el lenguaje.
Aquel que posee una mirada caracterizada por el androcentrismo tiende a reproducir estereotipos de género. En este marco, atribuye roles estáticos al hombre y a la mujer siempre con la mujer en un segundo plano.
Con el androcentrismo, en definitiva, el hombre se ubica en un lugar de dominación y la mujer queda relegada a un sitio de subordinación. Esta visión está vinculada al patriarcado y al machismo y puede asociarse a problemáticas como la violencia de género.
Invisibilización de la mujer
Más arriba mencionamos el concepto de invisibilización, haciendo referencia a los esfuerzos del ser humano por borrar todo rastro de los innumerables logros femeninos a lo largo de la historia. Es imposible rescatar el trabajo de todas las mujeres que el androcentrismo volvió invisibles, pero cualquier hallazgo vale el esfuerzo.
En este marco podemos mencionar a Las Sinsombrero, un grupo de mujeres españolas nacidas entre finales del siglo XIX y principios del XX que legaron brillantes trabajos en varios campos, como la literatura, la pintura, la filosofía, la poesía y el cine, aunque la historia no las reconozca y las haya dejado en la más absoluta oscuridad hasta principios del siglo XXI. Otro ejemplo lo encontramos en las veinte escritoras de varias generaciones que reúne la antología Vindictas, publicada por Páginas de Espuma con la colaboración de la escritora y editora Socorro Venegas.
Expansión del feminismo
En los últimos años, sin embargo, el movimiento feminista se fue expandiendo a nivel mundial, exigiendo el fin del dominio masculino y la igualdad de derechos y oportunidades. Esa lucha contra el androcentrismo aparece, por ejemplo, en la difusión del llamado lenguaje inclusivo, que se opone al uso del masculino como genérico. También en la denuncia de la brecha salarial que favorece a los hombres, quienes suelen ganar más que las mujeres por el desarrollo de las mismas tareas.
Siempre habrá mujeres destacadas en todos los ámbitos, para desgracia del androcentrismo.
Este fenómeno, que poco a poco cobra fuerza en diferentes ámbitos, tiene un largo camino por recorrer, ya que el androcentrismo es una suerte de virus que lleva impregnado en nuestra especie desde hace demasiado tiempo. El trabajo de miles de personas de todos los sexos y géneros se aúna por primera vez en la historia para combatir esta visión tan injusta y falta de precisión en la que el hombre heterosexual es el centro del mundo, el protagonista de las páginas más significativas de la historia, el médico que da instrucciones a la enfermera, el héroe que salva a la damisela.
Como parte de la lucha del feminismo encontramos una presencia sin precedentes de la mujer en el gobierno, las ciencias, la literatura, el cine, la televisión y otros campos que hasta hace tan sólo unos pocos años parecían territorios exclusivos de los hombres. Lejos estamos de vivir en un mundo justo, donde los recursos y las recompensas se repartan basados únicamente en los méritos de cada individuo, sin importar las características de su cuerpo o su sexualidad, pero al menos estamos orientados hacia ese ideal y podemos acercarnos a él cada vez que rechazamos el androcentrismo.
