El aprendizaje colaborativo es una metodología educativa que se basa en el trabajo en equipo para la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades. El docente, en este marco, actúa como un guía que orienta el proceso.
Antes de avanzar, es importante indicar que el aprendizaje se asocia a la instrucción y la formación. Colaborativo, en tanto, es aquello vinculado a la colaboración: el trabajo en conjunto para alcanzar una meta o ejecutar acción.
Características del aprendizaje colaborativo
El aprendizaje colaborativo se basa en la conformación de grupos para la realización de tareas y la resolución de problemas. Mediante propuestas de actividades prácticas presentadas por el educador, se aspira a que todos los integrantes lleven a cabo un trabajo activo que les permita aprender.
Quienes promueven este aprendizaje en grupo resaltan que los estudiantes, al entrar en contacto con posturas diferentes de las suyas y defender la propia visión en la dinámica colectiva, logran una mejor comprensión de los contenidos en comparación a lo que sucede cuando se abordan los temas de manera individual.
Con la interacción social propia del debate, los alumnos se enseñan mutuamente mientras avanzan en el desarrollo de las tareas asignadas por el educador. Este proceso, asimismo, exige escucha activa y asumir una responsabilidad compartida.
La cooperación
Algunos expertos utilizan el concepto de aprendizaje colaborativo como sinónimo de aprendizaje cooperativo. Otros especialistas, en cambio, trazan algunas diferencias entre ambos enfoques.
Hay quienes consideran que el aprendizaje colaborativo se sustenta en una mayor autonomía de los estudiantes ya que ellos deben tomar las decisiones internas del conjunto e incluso organizan las interacciones, con lo cual se necesitan consensos. En cambio, el aprendizaje cooperativo implica una intervención más frecuente del docente, quien controla cómo interactúan los integrantes del grupo y dirige los vínculos.
Beneficios del aprendizaje colaborativo
Los beneficios del aprendizaje colaborativo son numerosos. Esta modalidad ayuda a desarrollar una comunicación efectiva, contribuye a forjar un pensamiento crítico y favorece la adquisición de valores como el compromiso y el respeto.
La organización del grupo, a su vez, exige involucrarse con la gestión del tiempo y aceptar un liderazgo compartido. Por lo tanto, el aprendizaje colaborativo tiende a preparar a los alumnos para afrontar situaciones que suelen darse en el trabajo y en la sociedad en general.
Se considera, a su vez, que el aprendizaje colaborativo refuerza la autonomía y es clave en la alfabetización emocional. En un sentido amplio, resulta apropiado para el desarrollo de habilidades blandas en general (es decir, de aquellas competencias que sirven para favorecer los vínculos sociales).
Sus desventajas
Entre las desventajas del aprendizaje colaborativo, se encuentra la posibilidad de que se produzcan situaciones injustas en el grupo. Alumnos con dotes de liderazgo pueden imponerse sobre los más introvertidos, por ejemplo. Otra posibilidad es que algunos estudiantes adopten un rol pasivo y que otros cubran la falencia del conjunto trabajando de más.
Por otro lado, debe considerarse que no todos aprenden al mismo ritmo. Por eso la instrucción entre pares y la enseñanza recíproca no siempre es posible: hay personas que necesitan un apoyo extra por parte del profesor.
El rol del educador en el aprendizaje colaborativo
Debe considerarse que el aprendizaje colaborativo no es autodidacta. Se necesita de un educador para impulsar y organizar las dinámicas de grupo y orientar las acciones para cumplir con las metas pedagógicas.
El docente, en este marco, primero debe encargarse de determinar los objetivos grupales y fijar las responsabilidades individuales. Luego tiene que dividir la clase en los grupos correspondientes y transmitir, con claridad, las normas de trabajo.
Incentivar la comunicación y promover el debate son otras funciones del profesor, quien también tiene que fomentar la evaluación entre pares. Así, los estudiantes están en condiciones de analizar el trabajo que están haciendo y sacar conclusiones.
La importancia de la tecnología
La tecnología educativa es muy útil en el aprendizaje colaborativo. El uso de las TIC en educación no solo puede complementar el trabajo que se realiza en el aula, sino que incluso puede dar lugar a la creación de grupos de estudio que funcionen de manera virtual y a distancia.
Existen numerosos espacios de aprendizaje colaborativo en Internet. Un wiki educativo y los MOOCs (cursos online masivos y abiertos) son plataformas de e-learning que tienen al trabajo grupal o comunitario como base.
Combinando Google Classroom y Microsoft Teams para la educación, por ejemplo, se genera un entorno adecuado para formar una comunidad de aprendizaje. La colaboración en línea, de todas maneras, puede darse de múltiples formas.
Hay que considerar que la tecnología, si bien crea oportunidades y permite solucionar inconvenientes, no es positiva en sí misma en cuanto al éxito pedagógico. La participación de un educador sigue siendo trascendental en el aprendizaje colaborativo, más allá de no estar físicamente ante los alumnos. Bajo este enfoque, no se supone que el estudiante deba avanzar solo y resolver todas las inquietudes por su cuenta, como sí lo haría en el caso de una formación autodidacta.