El término arrebol suele utilizarse de manera poética para hacer mención a una tonalidad rojiza. Lo habitual es que el concepto aluda al color de las nubes cuando son iluminadas por los rayos solares.
Nubes rojizas
El arrebol de las nubes puede aparecer en el amanecer y en el atardecer. Esta característica, de todos modos, depende de las condiciones meteorológicas del momento.
La reflexión y la refracción de los rayos del sol son responsables del arrebol. Si surge el arrebol en las nubes, lo habitual es que los observadores consideren que se trate de un espectáculo atractivo a la vista y de un fenómeno inspirador.
Por ejemplo: “El arrebol del atardecer nos sorprendió caminando por la ciudad sin rumbo fijo”, “Me desperté temprano con la intención de apreciar el arrebol del amanecer, pero justo se largó a llover”, “El fuego y el arrebol de las nubes se combinaban para crear una escena dantesca”.
El cielo siempre ha sido una fuente de admiración e inspiración para el ser humano, en particular por su naturaleza cambiante e impredecible. Un día puede estar despejado, pero al siguiente cubrirse de nubes, y éstas tornarse de diversos colores, dependiendo del clima, el tiempo meteorológico, la época del año y el momento del día, entre otros varios factores.
Sonrojarse
La idea de arrebol también se usa para nombrar a la coloración que adquieren las mejillas cuando alguien se sonroja. El hecho de sonrojarse, en tanto, está asociado a sentir vergüenza: “Tras la declaración romántica del joven, a la muchacha comenzó a notársele un ligero arrebol en sus mejillas”, “Con el rostro encendido de arrebol, el niño se levantó y pasó al frente ante el llamado del maestro”, “Unas marcas de arrebol pronto se dibujaron en su cara”.
Como puede apreciarse en los tres ejemplos anteriores, el término arrebol no se usa en el habla cotidiana, sino que resulta más adecuado para descripciones literarias. En cualquier caso, el sentido que recibe en dichas oraciones es prácticamente el mismo: la respuesta emocional a ciertas situaciones que generan vergüenza, ansiedad, nerviosismo o culpa, caracterizada por el enrojecimiento de las mejillas. Otro término por el que se conoce este fenómeno es rubor.
Otras acepciones
El diccionario de la Real Academia Española (RAE), por otra parte, indica que arrebol puede referirse al colorete: el producto cosmético empleado para modificar la apariencia de las mejillas aplicando color.
El arrebol entendido como colorete se asocia tradicionalmente con el maquillaje que las mujeres usan para potenciar sus mejillas, aunque en la actualidad la tendencia a derribar las barreras del sexismo nos demuestran que el sexo o el género de una persona no está vinculado a sus gustos o preferencias, de manera que también puede usarlo un hombre. Cabe señalar que en algunos países de América Latina, como ser Perú, El Salvador y Colombia, colorete es el nombre que se le da al pintalabios.
También encontramos arrebol como sinónimo de arrebolada, es decir el grupo de las nubes que se tornan rojizas por los rayos del sol. Si bien esta acepción está relacionada con la definición expuesta al principio de este documento, en este caso el foco no lo tiene la tonalidad sino el conjunto de los objetos que la exhiben.
Una cuarta acepción nos presenta el término arrebol para hacer referencia al refuerzo o el ruedo que se realiza en la falda de los trajes de charra o trajes charros, que se usan para galas o para trabajar y se confeccionan con gamuza, lana o ambos materiales, y constan de una camisa, una chaqueta, un pantalón o una falda, botines y corbata de rebozo.