Art nouveau es una locución de la lengua francesa que hace referencia a un movimiento artístico y de la arquitectura que se desarrolló entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. El concepto suele emplearse como sinónimo de modernismo.
Antes de avanzar, es importante señalar que el diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce esta locución, indicando que debe escribirse en cursiva por tratarse de una voz extranjera.
Siguiendo con la escritura correcta, la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) aclara que tiene que realizarse en minúscula y sin guion intermedio entre las palabras. Si no se cuenta con la posibilidad de recurrir a la letra cursiva, la FundéuRAE recomienda apelar a las comillas (“art nouveau”).
Características del art nouveau
Es importante señalar que, si bien generalmente art nouveau se usa como sinónimo de modernismo, la RAE lo define como una corriente que surgió dentro del propio modernismo. De acuerdo a esta postura, el modernismo es más amplio que el art nouveau, lo trasciende.
Las principales características del art nouveau son el apego por las temáticas de la naturaleza (los motivos florales son frecuentes) y la utilización de curvas (con formas sinuosas y líneas onduladas). La asimetría, por otro lado, suele estar presente en las obras.
Si bien el art nouveau no rechazó totalmente la tecnología ni la industria, privilegiaba lo artesanal y las técnicas clásicas. A nivel general puede decirse que buscaba resaltar el valor estético de lo cotidiano y que apostaba por la democratización y la socialización del arte.
La innovación, la originalidad y la libertad fueron tres de los pilares del art nouveau. Sus impulsores intentaron romper con los estilos dominantes de su época, aportando una nueva mirada.
Principales referentes
Diversas figuras contribuyeron al desarrollo y la popularidad del art nouveau en diferentes partes del mundo. En el territorio francés, por ejemplo, sobresale Eugène Viollet-le-Duc, quien realizó valiosos trabajos de restauración de construcciones medievales, además de crear pinturas. Además se destacan el arquitecto Hector Guimard, el vidriero y joyero René Lalique, el diseñador de joyería Georges Fouquet y el artista Emile Gallé.
Los austríacos Gustav Klimt y Otto Wagner también son mencionados como exponentes del art nouveau, al igual que los españoles Ramón Casas y Antoni Gaudí; los belgas Paul Hankar y Victor Horta; el checo Alfons o Alphonse Mucha; el escocés Charles Rennie Mackintosh; y el estadounidense Louis Comfort Tiffany (hijo del fundador de Tiffany & Co). En el Reino Unido, aparecen las figuras de John Ruskin y William Morris.
Grandes obras del art nouveau
A comienzos del siglo XX, las estaciones y las entradas del metro de París fueron diseñadas por el ya mencionado Hector Guimard. Así, cada estación de metro de París de esa época se constituye como un testimonio de lo mejor del art nouveau con el uso de hierro forjado, motivos de libélula y un cuidado diseño de carteles, por ejemplo.
El cartel del cabaret «Le Chat Noir» también se considera un emblema del art nouveau. Fue diseñado por Théophile Alexandre Steinlen y, con su famoso gato negro, se convirtió en un símbolo de París.
La ciudad gala de Nancy, en tanto, es un lugar que alcanzó trascendencia internacional gracias al art nouveau. De hecho, allí surgió el movimiento conocido como Escuela de Nancy, que floreció entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX y dejó como legado piezas de mobiliario, cerámica decorativa, textiles y tapices que pueden admirarse en el museo local y en otros puntos de la localidad.
El modernisme catalán, por otra parte, está asociado al art nouveau. El Palacio de la Música Catalana de Lluís Domènech i Montaner y obras de Antoni Gaudí como la Casa Batlló y la Casa Milà están entre sus joyas.
La Exposición Universal de París
Uno de los puntos más altos del art nouveau se dio en el marco de la Exposición Universal de París, un evento de enormes proporciones que se desarrolló entre el 15 de abril y el 12 de noviembre de 1900 en la capital francesa.
La Exposición Universal de París se desplegó a lo largo de 120 hectáreas y fue recorrida por cerca de 50 millones de personas. Si bien el espíritu de la muestra consistía en destacar los beneficios de la modernización y el avance hacia la industrialización, en el campo artístico se valoró el rescate de las influencias del pasado.
De esta manera, el art nouveau tuvo preponderancia en muchas de las piezas exhibidas y de las obras levantadas para la ocasión. De hecho, en la exposición parisiense hubo un pabellón diseñado por Edward Colonna, Georges de Feure y Eugène Gaillard que llevó el nombre de L’Art Nouveau y cosechó un gran reconocimiento por parte de los visitantes. Por sus características, París 1900 fue una de las exposiciones universales más sobresalientes de la historia, cuyo legado aún suele ser subrayado por los especialistas en arte y otras materias.