La autoafirmación es el reconocimiento de las características positivas de uno mismo. El concepto puede entenderse como una actitud dirigida al yo o como un mecanismo de defensa.
Se asocia la autoafirmación a la protección de la propia identidad y de la individualidad. Este autorespeto basado en un reconocimiento de fortalezas contribuye al empoderamiento y al bienestar personal.
Características de la autoafirmación
La autoafirmación implica valorar las aptitudes y cualidades propias. Esto se logra a través de un proceso de introspección y reflexión personal que contribuye a mejorar la autoestima y a tener mayor confianza en uno mismo.
Vinculada al amor propio, la autoafirmación requiere de una narrativa interna con afirmaciones positivas. Se debe trabajar en la autoaceptación y desarrollar empatía hacia uno mismo.
Suele decirse que la autoafirmación contribuye a la resiliencia. Reconocer los valores personales es un paso imprescindible para actuar con seguridad y estar preparado para defenderse ante amenazas o agresiones.
El desarrollo personal
Es interesante mencionar que, de acuerdo a la psicología, el proceso de autoafirmación se inicia alrededor de los 3 años de edad, siendo clave en el crecimiento personal. Es entonces cuando las personas comienzan a advertir que son seres independientes y buscan reafirmar esa autonomía confrontando con los padres y rechazando órdenes.
Tras esa fase negativista, el niño comprende que necesita adaptarse al entorno. En este punto surge el contrapunto entre la defensa de la individualidad y la búsqueda de aprobación externa para encajar.
La autoafirmación, en este marco, aparece como la capacidad de mantener la autoexpresión de los rasgos distintivos de la personalidad, conservando la identidad. El objetivo es mantener la visión personal sin provocar daños en el prójimo pero defendiendo lo propio.
Claves de la autoafirmación
La autoafirmación se sostiene en varias columnas. El autoconocimiento es imprescindible ya que cada sujeto debe comprender sus aptitudes y sus debilidades. A partir de dicho conocimiento, se necesita la autoaceptación y una buena autoestima.
En este proceso también son necesarias la autoconfianza (saber que, con esfuerzo, es posible cumplir los objetivos personales) y la autoeficacia (entender cuáles son límites y adecuarse a la realidad).
Un mecanismo de defensa
La autoafirmación funciona como un mecanismo de defensa cuando permite frenar interacciones dañinas, rechazar algo o resguardarse de otra persona. En este caso, se apela a la comunicación firme y respetuosa para provocar un cambio.
Esa autodefensa de los derechos o de la voluntad se logra influyendo en los demás. Debe considerarse que la autoafirmación puede llevar al fin de una relación cuando el otro no está dispuesto a adaptarse o a cambiar. Por eso cada individuo debe ser consciente de las posibles consecuencias de actuar de un modo defensivo. No obstante, siempre es relevante mantener el derecho a decir «no», comportándose con respeto y empatía.
Tipos de autoafirmación
Debe destacarse que la autoafirmación puede ser positiva o negativa. La autoafirmación positiva es aquella que se basa en la asertividad: es decir, en una expresión firme de las ideas y emociones pero respetando los pensamientos y los sentimientos de los demás.
Una autoafirmación negativa, en cambio, se sostiene en la imposición de la postura propia sin detenerse en los efectos e incluso a costa del bienestar del resto. Esto lleva a incrementar el valor personal de forma artificial y sin aceptar los errores.
Puede decirse que la autoafirmación positiva se logra con una combinación de empoderamiento y respeto. Se trata de satisfacer las necesidades y los deseos propios sin atentar contra las necesidades y los deseos del otro.
Cabe mencionar que el concepto de autoafirmación negativa también se usa para aludir a lo que hace una persona cuando exagera con la apreciación de debilidades, concentrándose en sus defectos. Si la visualización de las falencias no sirve para mejorar, la autoafirmación no es constructiva ni contribuye a una transformación personal.
Los beneficios
Los beneficios de la autoafirmación son numerosos. El más evidente es el fortalecimiento de la autoestima: quien afirma sus méritos también logra tener una imagen positiva de sí mismo.
La autoafirmación también ayudar a establecer vínculos saludables y armoniosos. Quien logra una autoafirmación positiva forja relaciones que se basan en el respeto.
Otra ventaja que brinda la autoafirmación es la reducción del estrés gracias al autocontrol y la confianza en uno mismo. De igual forma, la autoafirmación aumenta la resiliencia ya que brinda herramientas de adaptabilidad y ayuda a sobreponerse de los fracasos.
Como se puede advertir, la autoafirmación protege y mejora la salud mental. Además deriva en un mayor rendimiento tanto a nivel académico como profesional.
Ejemplos de autoafirmación
Supongamos que alguien suele recibir burlas y comentarios despectivos de un compañero de trabajo debido a sus características físicas. El sujeto destinatario de dichas apreciaciones, superando el miedo a generar incomodidades en el ámbito laboral, recurre a la autoafirmación, le explica a su compañero que no le agradan ese tipo de señalamientos y le informa que, aunque no tiene conflictos con su aspecto, no corresponden los rótulos despectivos. Así, con autocontrol, toma la decisión de defender su dignidad sin agredir.
Tomemos el caso de una tenista que aspiraba a ganar un torneo pero pierde la final. Pese a no alcanzar la misión personal en esta oportunidad, no se frustra; por el contrario, valora haber llegado a la final y analiza qué puede mejorar en su juego para conquistar el trofeo en el futuro. Así, se sustenta en la autoafirmación para progresar.