El azufre es el elemento químico cuyo símbolo es S y su número atómico, 16. El término proviene del vocablo latino sulphur.
Características generales
De presencia extendida en la corteza de nuestro planeta, el azufre se caracteriza por su olor penetrante y por su color amarillento. Se lo halla en estado nativo o en forma de sulfato o sulfuro, empleándose en la industria farmacéutica y en otros sectores.
Al azufre se lo califica como un no metal ya que no tiene buena capacidad para la conducción del calor ni de la electricidad. Además se lo incluye entre los elementos químicos esenciales debido a que es imprescindible para la vida.
Por ser uno de los constituyentes de la metionina y de la cisteína, el azufre es indispensable para la síntesis de las proteínas. En el plano industrial, esta sustancia se usa para producir insecticidas, fabricar pólvora o como fertilizante, por ejemplo.
Es importante mencionar que diversos compuestos que incluyen azufre pueden resultar peligrosos para la salud. El dióxido de azufre, el ácido sulfhídrico y el sulfuro de carbono, entre otros, tienen un elevado nivel de toxicidad y están en condiciones de causar desde irritación de las mucosidades hasta hemorragias y asfixia.
Azufre en barra
En algunas regiones, en tanto, el azufre en barra se utiliza para aliviar dolores de cuello o espalda. Se cree que, al frotar la barra sobre la zona afectada, contribuye a eliminar el aire que genera el malestar: una vez que quitó el aire, la barra de azufre se quiebra. Hay que aclarar, sin embargo, que no existen evidencias científicas sobre la efectividad de este tratamiento.
Quienes lo han probado y creen en su efectividad, aseguran que antes del tratamiento tienen muchas dificultades para girar la cabeza, algo que se asemeja a los síntomas de la tortícolis, la cual contrae los músculos del cuello y provoca intensos dolores, pero más leve. Luego de pasar las barras de azufre por la zona afectada, sus defensores afirman que el malestar se reduce considerablemente, o incluso que desaparece por completo y recuperan la movilidad del cuello.
Dióxido de azufre
Se conoce como dióxido de azufre a un gas incoloro de gran toxicidad que si se concentra puede generar un olor intenso y molestias en los ojos, como ser irritación y disminución de visibilidad. En la atmósfera terrestre, donde se estima que dura unos pocos días, se combina con el agua con facilidad a lo largo de su oxidación y esto resulta en el surgimiento de ácido sulfúrico y la lluvia ácida.
Por lo general, se genera en la combustión de carburantes que contienen una determinada cantidad de azufre (como ser gasóleos y carbón). Esto suele ocurrir como consecuencia de algunos procesos industriales, de la calefacción de carbón, del funcionamiento de vehículos de gran peso y de la actividad de las centrales térmicas. Pero también puede originarse el dióxido de azufre en las erupciones de los volcanes o como resultado de la descomposición orgánica.
Riesgos del dióxido de azufre
Los perjuicios que puede causar la exposición a este gas se afectan al ser humano pero también al suelo, a los bosques, a los mares y al resto de los seres vivos de diferentes ecosistemas. En nuestro caso en particular, se infiltra en el organismo por medio de las fosas nasales, aunque también provocan problemas en el sistema digestivo y los ojos.
Algunos de los síntomas más frecuentes de la exposición al dióxido de azufre son los siguientes:
* problemas respiratorios. Se altera el ritmo y se vuelve más difícil;
* tos;
* jaqueca;
* fuertes picores en la garganta y las fosas nasales;
* daño irreversible de algunas partes del pulmón.