Un biocida es una sustancia que resulta capaz de eliminar organismos vivos. Pese a tratarse de una palabra de uso más o menos frecuente, no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE).
Antes de proceder a analizar a fondo el significado del término , se hace necesario que conozcamos el origen etimológico del mismo. En este caso, podemos exponer que es fruto de la suma de dos partes diferenciadas:
- El sustantivo griego bios, que significa «vida».
- El sufijo latino -cida, que se emplea para indicar «que mata».
Sus características
Más allá de este significado tan amplio, la idea de biocida suele aplicarse al elemento químico, de origen sintético o natural, que es utilizado por el ser humano para controlar a los organismos que considera nocivos. Los herbicidas, los pesticidas, los insecticidas y los bactericidas, en este sentido, son biocidas.
Un biocida puede matar o impedir el desarrollo o el accionar de un organismo. Puede actuar de manera química o física, penetrando por lo general las membranas celulares para interrumpir las reacciones bioquímicas y así destruir los sistemas.
Tipos de biocidas
Además de todo lo expuesto, podemos añadir que existen más de una veintena de tipos diferentes de biocidas que se clasifican en cuatro grandes grupos: los desinfectantes y biocidas generales, los conservantes, los plaguicidas y otros clases de biocidas.
Si lo que se tiene en cuenta es la forma en la que estos productos se presentan, podríamos hablar de los biocidas biológicos, como las enzimas; los biocidas físicos y los biocidas químicos.
Productos de calidad
Varias son las características que debe tener un biocida para poder ser considerado de buena calidad. Entre las más significativas se encuentran las siguientes:
- Debe poseer una alta persistencia.
- Es fundamental que cuente con una baja toxicidad para el ser humano.
- Tiene que ser soluble en el agua.
- Es esencial que sea compatible con otras especies químicas.
- Es necesario que resulte fácil de neutralizar.
Es habitual que se usen biocidas de amplio espectro, capaces de proteger los cultivos contra la acción de diferentes microorganismos (como virus o bacterias). Lo ideal es que el biocida resulte efectivo aún en baja concentración y que persista en el tiempo.
Los biocidas y la ley
Cabe destacar que la producción, la comercialización y el uso de los biocidas están regulados por la ley. Un biocida empleado en dosis elevadas, o compuesto por sustancias muy tóxicas, puede provocar graves daños en la salud de una persona, o incluso llevarla a la muerte por intoxicación.
Más allá del uso en cultivos, los biocidas también se emplean para el tratamiento del agua (haciendo que se vuelva potable), en la industria del cuero y en la producción de petróleo, entre muchos otros ámbitos.