Cabezal es un término con una decena de acepciones en el diccionario de la Real Academia Española (RAE). Antes de entrar de lleno en el establecimiento de su significado es importante conocer su origen etimológico: en este caso, podemos determinar que deriva del latín vulgar capitia, que puede traducirse como “cabeza”.
El concepto suele utilizarse con referencia a un cierto sector o pieza de una máquina. Un cabezal, en este marco, puede ser la pieza de un magnetófono o de otro aparato que se emplea para grabar o leer cintas magnéticas.
Ejemplos de cabezal
Una videocasetera, también llamada videograbadora, cuenta con cabezales para la reproducción de los VHS: casetes con cintas audiovisuales.
La parte de una afeitadora donde se ubican las cuchillas también se llama cabezal. En el caso de las máquinas de afeitar eléctricas con cuchillas rotatorias, pueden contar con dos o tres cabezales. Las cuchillas giran y, a medida que los pelos entran en las pequeñas perforaciones del cabezal, van realizando la afeitada.
En los periféricos conocidos como impresoras también existen cabezales. Podemos nombrar al cabezal de impresión que existe en las impresoras de tinta, cuya función es transferir la tinta de ese dispositivo hasta el papel. Para llevarla a cabo se encuentra conectado a un motor de precisión.
Hay que tener en cuenta que si no se utiliza la impresora de forma habitual este cabezal puede llegar a secarse, lo que también puede ocurrir si no se la mantiene y limpia de la forma adecuada cada cierto periodo de tiempo.
El cabezal de la ducha, por otra parte, es la boquilla que, gracias a sus orificios, permite la distribución del agua en un cierto ángulo. La cantidad de agua que cae sobre la cabeza de la persona que se está duchando, de este modo, depende en parte del cabezal de la ducha. Cuando el agua es dura, el cabezal puede bloquearse por los sedimentos: por eso es importante mantenerlo limpio.
Otros usos del término
Cabezal, por último, es un concepto que puede usarse como sinónimo de cabecera (la pieza de mobiliario que coloca en la parte de la cama donde se ubican las almohadas) o de cabezada (la estructura de correas de seda o de cuero que se instala en la cabeza de un equino con la finalidad de sostener el bocado).
Con respecto a los cabezales como sinónimos de cabeceros de camas, tenemos que exponer que en el mercado se pueden encontrar en una gran variedad de materiales. Así, están los de madera, de forja, los piedra, los de tela… Esos deberán elegirse en base al estilo decorativo que se desee que tenga la habitación. Por ejemplo, los de madera pueden emplearse para estancias de aires étnicos o rústicos mientras que los cabezales de cuero puede ser idóneos para cuartos elegantes y sofisticados, sin olvidar los de hierro, apropiados para un estilo industrial.