Los cacharros son muy útiles en la cocina.
Un cacharro puede ser un recipiente, un pote o un vaso. El concepto, de todas maneras, tiene varios usos que dependen en gran parte del contexto, pero también de la región geográfica y la edad del hispanoparlante.
TemasEjemplos
Veamos tres oraciones de ejemplo del término cacharro con el sentido de recipiente, pote o vaso: “Mi tía tiene un cacharro lleno de caramelos que come mientras mira la telenovela”, “Me encantan los cacharros ya que me resultan muy útiles para preparar la comida y para organizar mi cocina”, “¿Podrías alcanzarme ese cacharro donde guardo las especias, por favor?”.
Un cacharro puede fabricarse en diferentes materiales, como ser aluminio, cerámica o cristal. Por lo general, este aspecto responde al uso que se le dará, aunque por tratarse de un producto tan económico cada comprador lo destina a funciones diversas. Vemos en el primer ejemplo que una mujer lo usa como contenedor de caramelos que desea tener a mano mientras mira su programa de televisión favorito. Dado que no tiene tapa, es muy fácil tomar los dulces de su interior, sin siquiera acompañar la mano con la vista.
La segunda oración de ejemplo refuerza esta idea de usos varios, de la creatividad con la que cada persona aprovecha los cacharros: ya sea para mezclar ingredientes, cocerlos, almacenar especias o dejar una masa en reposo, estos recipientes pueden resultar muy útiles en la cocina.
Pedazos de envase roto
El término cacharros puede significar «pedazos de un tarro u otro envase o receptáculo similar que se rompió», cuando se usa en plural. Veamos su uso en tres ejemplos: “Al caer, el vaso se hizo cacharros”, “Ten cuidado con los cacharros, que se me acaba de romper una botella”, “Juana se resbaló y la copa se volvió cacharros”.
En este caso, podemos entender esta palabra como un sinónimo de añicos, trizas, fragmentos o cachos. También cabe señalar la expresión «hacerse cacharros»: el verbo también se puede combinar con los primeros dos sinónimos, para ofrecer el mismo sentido. Los tres ejemplos hablan de contenedores frágiles, fabricados en cristal, que rara vez se salvan de romperse en pedazos al caer, incluso desde unos pocos centímetros.
Máquina o artefacto antiguos
En un sentido más amplio, un cacharro es una máquina o un artefacto, sobre todo si es muy antiguo o si su funcionamiento no es el correcto: “¡Este cacharro me tiene harto! Apenas pueda compraré un aparato nuevo”, “Ya estoy acostumbrado a preparar el café en este cacharro, no necesito una cafetera moderna”, “Durante veinte años manejé un cacharro, así que ahora estoy orgulloso de haber podido adquirir un automóvil cero kilómetro”.
Como se puede advertir en los últimos ejemplos, existe una acepción peyorativa o despectiva de cacharro. En estos casos, el concepto se asocia con algo que no brinda grandes prestaciones y que, por lo tanto, resulta anticuado o vetusto. Una computadora (ordenador) fabricada en 1990 puede ser señalada, en pleno siglo XXI, como un cacharro.
Cacharro también puede usarse como sinónimo de automóvil viejo y en malas condiciones.
En el primer ejemplo, de hecho, el emisor afirma que ya no quiere seguir usando el aparato al que hace referencia, ya que evidentemente no le ofrece el rendimiento que él espera. Como considera que no existe un modo de mejorarlo, asegura que se comprará uno nuevo lo antes posible. La segunda oración tiene un matiz diferente: si bien también se habla de un dispositivo antiguo e incapaz de competir con la tecnología actual, el emisor se muestra satisfecho de su funcionamiento y no desea cambiarlo por otro.
Terminamos con un ejemplo en el cual el emisor se muestra feliz de finalmente poder comprarse un coche nuevo, a estrenar, ya que durante un largo tiempo se vio obligado a usar uno que considera, precisamente, un cacharro.
