Definición de

Calidad del agua

Determinar y asegurar la calidad del agua de consumo es importante para proteger la salud y no exponerse a peligros innecesarios que atentan contra el bienestar.

Calidad del agua es una expresión que apunta a describir qué rasgos posee una cierta muestra o un determinado cuerpo de agua examinado. En este proceso de análisis se evalúan los niveles de seguridad al entrar en contacto, aprovechar para actividades humanas o consumir ese líquido, ya que hay un montón de cuestiones que pueden afectar negativamente la calidad del agua.

Al prestar atención al índice de calidad del agua (ICA), aunque no hay que perder de vista que no se aplican a escala universal y presentan limitaciones, es posible determinar en qué estado se halla un océano o una reserva de agua dulce, por ejemplo.

Garantizar (pese al cambio climático y a la incesante demanda de agua potenciada por el significativo crecimiento poblacional) el acceso de todas las comunidades al agua potable, es decir, generar desde cada Estado las condiciones para que cada sociedad disponga de alguna fuente segura de agua para consumir o utilizar sin riesgos a padecer un problema de salud es fundamental para el bienestar de cada integrante de la Tierra. No se puede pasar por alto que, de acuerdo a estadísticas reunidas y difundidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una enorme cantidad de dolencias y muertes están estrechamente vinculadas a sistemas ineficientes o falta de redes de saneamiento y/o a la poca o nula disponibilidad de agua potable. La contaminación del agua es una problemática que propicia la transmisión de muchas enfermedades, daña ecosistemas, pone en jaque a la biodiversidad acuática, provoca turbidez, etc.

Si tienes poco tiempo, revisa el índice o el resumen con los puntos clave.

Parámetros de la calidad del agua

Los parámetros que se suelen tener en cuenta a la hora de establecer qué calidad presenta un cierto muestreo de agua son químicos, físicos y biológicos. Además, se contemplan indicadores como los del nivel de Sólidos Disueltos Totales (SDT), la Demanda Química de Oxígeno (DQO) y la Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO).

Es importante analizar el color, la temperatura del agua y la turbidez, así como también es necesario considerar la presencia de microorganismos patógenos y no pasar por alto a los bioindicadores.

Aquellos que se dedican a estudiar el agua de un río, mar o similar tampoco tienen que ignorar cuestiones como la dureza del agua (se admiten las clasificaciones de agua blanda, agua moderadamente dura, agua dura y agua muy dura), la detección de metales pesados, el pH del agua (dato imperioso para averiguar su acidez o alcalinidad), la cantidad de oxígeno disuelto o si el valor de nitratos es, o no, admisible de acuerdo a los niveles señalados por la Organización Mundial de la Salud.

Aguas contaminadas

Hay pruebas de evaluación hídrica que sirven para confirmar o descartar la presencia de arsénico, cadmio, plomo, etc en el agua destinada al consumo o aprovechamiento humano.

Fuentes y tipos de contaminación

De la realidad se desprende el reconocimiento de diferentes fuentes y tipos de contaminación.

Abundan, lamentablemente, los entornos acuáticos contaminados con desechos, microplásticos, fosfatos, pesticidas, virus, parásitos y cianobacterias.

Para saber cuál es la mejor estrategia para prevenir, afrontar y solucionar este asunto es constructivo aprender a reconocer entre contaminación natural frente a la contaminación antropogénica (esta última generada por acciones humanas) o bien si se trata de una contaminación de una fuente puntual o una contaminación difusa (o por una fuente no puntual).

Cuando se advierte una excesiva cantidad de nutrientes inorgánicos, en tanto, gana protagonismo el concepto de eutrofización. Este fenómeno lleva a, especialmente en aguas dulces, a una marcada abundancia de plancton vegetal.

Calidad del agua

La calidad del agua en los océanos puede determinarse considerando, entre otros bioindicadores, al fitoplancton.

Importancia de la calidad del agua

Como las aguas contaminadas influyen negativamente en ecosistemas acuáticos y constituyen un peligro para los seres humanos (más allá de perjudicar a la economía y al turismo, en concreto), es de vital importancia ocuparse de mantener a los cuerpos de agua en las mejores condiciones posibles, asegurar el acceso al agua potable y que toda fuente hídrica sea de buena calidad.

Se han fijado unas normas de calidad y hay estándares que marcan niveles de aprobación para el agua potable y para el agua destinada al riego, por citar dos posibilidades.

Como es imprescindible cuidar este recurso natural, no hay que derrocharlo ni destruirlo. Por el contrario, hay que adoptar hábitos positivos relacionados a la reutilización de aguas y a su óptima conservación.

Para minimizar riesgos de intoxicación al beber agua dentro de la población humana y con el objetivo de no exponer a la fauna a enfermedades producto del contacto con aguas residuales o estancadas conviene siempre informarse sobre el estado, la procedencia y la calidad del agua. En este contexto cobran valor tanto las redes de monitoreo de la calidad del agua como las políticas de gestión y el tratamiento de aguas residuales.

Combinando una legislación ambiental sólida; innovaciones tecnológicas orientadas a cuidar y mejorar el agua; voluntad individual y colectiva para el cuidado del planeta desde la participación comunitaria, un rol activo de los gobernantes y la cooperación internacional; y educación ambiental desde edad temprana, los beneficios se multiplican, traduciéndose en seguridad hídrica y bienestar general para todos los seres vivos que se distribuyen por cada rincón del planeta.

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Cómo citar este artículo Verónica GudiñaPublicado por Verónica Gudiña, el 5 de agosto de 2024. Calidad del agua - Qué es, definición, tipos e importancia. Disponible en https://definicion.de/calidad-del-agua/
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