Un cangrejo es un animal crustáceo y artrópodo que pertenece al orden de los decápodos. Para conocer sus principales características, como se puede advertir, es necesario definir varios términos.
Un artrópodo es un ser invertebrado cuyo cuerpo presenta simetría bilateral, está formado por varios segmentos, tiene apéndices con piezas articuladas y cuenta con una cutícula como cobertura. En este grupo podemos encontrar a los crustáceos: animales que respiran mediante branquias y disponen de apéndices, antenas y un caparazón calcificado. Los decápodos, por otra parte, son los crustáceos que tienen diez patas.
Características de los cangrejos
Los cangrejos, por lo tanto, son animales de diez patas con un caparazón calcificado, antenas y apéndices que desarrollan la respiración branquial. Gracias a sus pinzas pueden luchar contra otros animales y manipular los alimentos.
Hay unas cuatro mil especies de cangrejos: más allá de las diferencias, todas comparten la particularidad de vivir en el agua o cerca de ella. Los cangrejos, de todos modos, no se caracterizan por su habilidad para nadar, sino que suelen caminar por el fondo del cuerpo de agua.
Cabe destacar que el cangrejo es un animal comestible. Uno de los platos más populares es la sopa de cangrejo, que puede elaborarse con el cuerpo entero o con la carne del crustáceo.
El ermitaño
Los cangrejos ermitaños gozan de mucha popularidad, gracias al hecho de que se valen de conchas de caracol para tapar su abdomen, conformado por un tejido menos rígido que el de otros cangrejos, y así protegerlo. Su nombre científico es paguroideo, y se trata de una superfamilia (la Paguroidea) de crustáceos que cuentan con diez patas.
La clase de relación que mantiene el cangrejo ermitaño con las conchas de otros moluscos recibe el nombre de tanatocresis y no existen muchas especies que la practiquen. Es importante señalar que el cangrejo no mata para conseguir el caparazón, sino que lo toma de los cadáveres. En todo el mundo existen aproximadamente 500 especies de paguroideo y casi todos ellos son acuáticos.
La parte delantera del cangrejo ermitaño exhibe un exoesqueleto rígido, razón por la cual solamente necesita aumentar la protección de su parte trasera. Para facilitar la tarea de meterse dentro de una concha ajena, su abdomen se encuentra enroscado en forma de espiral y sus extremidades cubren los huecos para evitar que se cuelen otros animales.
Como es de esperarse, el cangrejo ermitaño debe cambiar de concha más de una vez en su vida, como consecuencia de su natural crecimiento. El proceso de selección es meticuloso: no se conforma con cualquier casa, sino que se acerca a las que le interesan y las inspecciona con detenimiento usando sus pinzas hasta dar con la que más le guste; en ese momento, procede a realizar la mudanza con la mayor velocidad posible, ya que cada segundo fuera corre un gran peligro.
Dado que no contar con una coraza para proteger su abdomen es prácticamente entregarse a una muerte segura, el cangrejo ermitaño no puede permitir que otro le arrebate una concha si es la única que ha encontrado; por esta razón, es muy común que se enfrente a sus contendientes por la fuerza.
Con respecto a la alimentación, el cangrejo ermitaño es principalmente carroñero, aunque también se alimenta de plantas, larvas, crustáceos pequeños, mejillones, caracoles y gusanos si así lo necesita.
Otras acepciones del término cangrejo
El concepto de cangrejo también se utiliza de otros modos. En el ámbito de la náutica, se llama cangrejo a la percha que, con una boca semicircular en uno de sus extremos, se ajusta al palo para girar a su alrededor.
En las armaduras, el cangrejo es la pieza constituida con láminas para proteger aquellos sectores del cuerpo que necesitan flexionarse.