La caspa es el conjunto de costras o escamas de células muertas de la piel que se acumulan en el cuero cabelludo. Dichas escamas son de color blanco y pueden provocar diversas molestias en la persona.
Es importante tener en cuenta que resulta normal que la piel muerta forme estas costras. Sin embargo, en ciertos casos, la acumulación de caspa se vuelve excesiva debido a diversas patologías y genera irritación y picazón. Además, cuando un individuo que tiene mucha caspa se rasca, puede provocarse una herida y sufrir una infección.
La formación natural de caspa se debe al crecimiento de la piel. Esto hace que las células epidérmicas sean movidas hacia fuera de la piel, donde mueren. Cuando, por algún motivo, esta renovación de células se desarrolla de manera muy rápida, el nivel de caspa aumenta en exceso.
Por lo general el incremento de la caspa en el cuero cabelludo se debe a la acción de un hongo que se dedica a metabolizar la grasa del ser humano. La proliferación de este hongo afecta la renovación normal de las células.
La hiperactividad de las glándulas sebáceas, el estrés, algunas alergias, ciertos champús y tinturas, los rayos ultravioletas, el polvo y hasta el clima muy frío y seco pueden generar un incremento de la caspa. Para reducir la caspa se recomienda el uso de champús con ingredientes activos como ketoconazol, ácido salicílico y sulfuro de selenio y la adopción de una dieta rica en zinc (presente en frutos secos, carne de cerdo y otros alimentos).
Con respecto a las consecuencias de la caspa en la vida diaria, éstas son diversas, según la edad de la persona y el ámbito en el cual se relacione con la sociedad. Por lo general, la caspa aparece durante la adolescencia, junto con otros trastornos que afectan el aspecto físico, como ser el acné y la obesidad; a esa edad, un problema de este tipo puede ser muy difícil de superar, dada la crueldad propia del entorno escolar.
Por lo general, a nadie le gusta que lo consideren «una persona sucia», y la caspa suele dar esa imagen, aunque no guarde ninguna relación con el grado de higiene. Si a esto le sumamos las presiones típicas de la adolescencia, etapa en la cual los seres humanos comenzamos a entrar en contacto con nuestra sexualidad y deseamos sentirnos atractivos, la caspa puede convertirse en una gran pesadilla que afecte de forma muy negativa nuestra autoestima.
Ante un caso de caspa recurrente y muy evidente, cada persona se inclina por diferentes métodos, algunos más efectivos que otros; sin embargo, no todos optan por documentarse de forma responsable, y a menudo empeoran la situación por tomar decisiones como lavarse la cabeza con agua muy caliente o varias veces al día.
Algunos de los remedios caseros para tratar la caspa son los siguientes:
* preparar una infusión con agua hervida y ramas de diente de león, dejar reposar unos minutos y beber. Se recomienda una dosis de tres veces por día hasta que la situación mejore;
* la cola de caballo también parece ser muy efectiva en la lucha contra la caspa, y con esta planta se puede preparar otra infusión. Para ello, se debe aplicar una cucharada por taza de agua y beber una vez al día;
* los masajes en el cuero cabelludo con ciertos productos naturales pueden ser muy beneficiosos para tratar un caso de caspa. Las ramas de ciprés ofrecen muy buenos resultados: basta con agregar un manojo en un litro de agua y cocer durante unos minutos, dejar enfriar y aplicar la mezcla sobre la cabeza después del lavado habitual con movimientos suaves pero constantes.
