El vocablo latino circuĭtus llegó a nuestro idioma como circuito. La noción tiene diferentes significados; en este caso nos centraremos en la acepción que posee en el terreno de la electricidad.
Así, podemos afirmar que un circuito es un sistema, atravesado por una corriente eléctrica, que dispone de uno o más conductores. Dicha corriente es producida o consumida por los diversos dispositivos situados a lo largo del circuito.
De acuerdo a cómo se ubican y ordenan sus componentes, los circuitos son clasificados de distinto modo. En el llamado circuito en paralelo, los terminales de la totalidad de los dispositivos que se encuentran conectados, tanto de entrada como de salida, coinciden entre sí.
Características de un circuito en paralelo
La principal característica de un circuito en paralelo es que la electricidad puede tomar diferentes caminos en su recorrido. Esto lo distingue del circuito en serie, donde hay un único camino posible.
De esta manera, ante un fallo, es posible realizar una reparación sin que se interrumpa el flujo de corriente. Se puede arreglar un dispositivo sin que dicha acción afecte al resto.
Otra particularidad es que todos los dispositivos conectados exhiben idéntica tensión. Hay que considerar que la fuente tiene que lograr la generación de más corriente a medida que se suman dispositivos. El voltaje es igual en cada componente.
Por otro lado, a mayor cantidad de receptores, la resistencia es menor. Esto implica que la resistencia total del circuito en paralelo resulta menor que la suma de las resistencias individuales.
Principales ventajas y usos
Como ya indicamos, la multiplicidad de caminos (ramas) para el avance de la corriente es la ventaja más importante que ofrece un circuito en paralelo. La falla de un componente no genera una modificación de la diferencia de potencial que se registra en cada extremo.
Los circuitos en paralelo son de uso frecuente en los hogares. Podemos apreciar su funcionamiento en el cableado de una vivienda.
Cuando dicho cableado presenta un circuito en paralelo, puede dañarse un enchufe en una pared y, junto a él, haber otro que funciona con normalidad. Esto se debe a que la corriente recurre a vías alternativas para seguir circulando.
La misma situación se produce al tener una lámpara con varios focos o bombillas. Si hay una conexión con circuito en paralelo en esta lámpara, puede quemarse o fundirse una bombilla sin que el flujo de electricidad se interrumpa.
De esta forma, mientras que la bombilla dañada ya no alumbrará, las demás continuarán encendidas con normalidad. Esto es posible gracias a que cada bombilla dispone de una rama para la circulación de la energía.
La independencia de los dispositivos, en definitiva, hace posible que los elementos puedan apagarse o encenderse sin incidir en el resto. Justo lo contrario a lo que sucede en un circuito en serie, donde la conexión es sucesiva (de un componente al siguiente).
En el circuito en paralelo, al haber ramas alternativas, el flujo puede mantenerse pese a la interrupción en un punto específico. En el circuito en serie, la única ruta posible lleva a que un problema en un terminal cancele la circulación.